¿Puede, si no, un medio de comunicación que se precie -en este caso Libertad Digital- decir un día una cosa y al día siguiente sostener la contraria? ¿Puede afirmar un día (7/7/2012) en su Editorial que “los hombres y mujeres que rodearon al peor presidente de la historia de la democracia [Zapatero] son responsables directos de haber arruinado al país entero, condenando a varios millones de familias a sufrir una situación de desamparo tras haber perdido sus puestos de trabajo y, en muchos casos, también sus propiedades” y, al siguiente día (8/7/2012), manifestar sin rubor -también en el Editorial- que “el Gobierno [de Rajoy] tiene la obligación de forzar a las comunidades autónomas, artífices de los mayores despilfarros, a que cumplan de una vez su parte del trato, reduciendo de inmediato partidas de gasto, personal contratado y organismos de todo tipo, porque ni los españoles podemos mantener este Estado autonómico ni los europeos financiarlo”.

¿Cómo puede mentalmente digerirse un día la creencia de que Zapatero y los que le rodearon son los responsables directos de la ruina de este país y al siguiente tener la cabeza preparada para asimilar la teoría de que han sido las comunidades autónomas y sus inasumibles despilfarros -comunidades gobernadas en su inmensa mayoría por los populares- las causantes de nuestra bancarrota?

Como estoy convencido de que los responsables de estos medios no se creen sus propias patrañas, sólo existen dos razones para que las suelten sin el menor recato. La primera, que saben a ciencia cierta que una parte nada desdeñable de los destinatarios de sus sectarios análisis se tragarán lo que les echen y, la otra, que el resto que no se los cree por mero rechazo intelectual están en el conocimiento de esta estrategia y la bendicen sin escrúpulos porque es la forma de allegar adeptos que les servirán para la consecución de sus propósitos e intereses; muy distintos e, incluso, enfrentados, paradójicamente, a los que tienen los reales destinatarios de sus pamemas informativas, la de aquellos que se las devoran sin masticar, tal como las reciben.

Si han estado centenares de años creyendo que el universo se hizo por una única persona en seis días -y aún hay quien se lo cree- como van a dudar de que Zapatero -el solito- armó la de dios en una única legislatura. El “despilfarrador” Estado autonómico que viene funcionando desde la Constitución de 1978, la burbuja crediticia e inmobiliaria que llevaba decenas de años inflándose con el consentimiento de casi todos -incluidos populares y socialistas- o la hecatombe del sistema financiero con la popular Bankia a la cabeza, sin olvidar el obligado rescate de Irlanda, Portugal y Grecia; todo ello ha sido producto de una única mente perversa llamada Zapatero.

Hoy he visto colgado en el “muro” de Facebook de una entrañable amiga una frase atribuida a Albert Einstein: “Es más fácil destruir un átomo que un prejuicio”. ¡Cuánta razón tenía el sabio científico y como lo saben explotar aquellos que se dedican a inventarlos!

Gerardo Rivas Rico es licenciado en Ciencias Económicas