En concreto, sobre las condiciones en las que llega ese tope de 100.000 millones de euros de Europa al sistema financiero español, Almunia ha dicho que la Unión “no sólo quiere asegurar que se devuelva el préstamo”, sino que también supervisará cómo se utiliza ese dinero: “Por supuesto habrá condiciones”, ha dicho. Condiciones que, según ha explicado, aún están por negociarse.

Los intereses son déficit; el préstamo, deuda
De esta manera, en estas declaraciones, que ha hecho en la Cadena SER, ha venido a desmentir las insinuaciones de Mariano Rajoy en el sentido de que este es un simple préstamo, aunque el vicepresidente de la Comisión ha rehusado entrar en calificativos sobre si esto es “un rescate” o “una asistencia financiera”: “se le puede llamar como cada uno quiera”, ha ironizado.

En cuánto a cómo se reflejarán el préstamo y los intereses que se deriven de él en las cuentas del Estado, Joaquín Almunia ha sido muy claro: “Lo que es el préstamo no computa como déficit, pero sí como deuda; los intereses sí son déficit, porque son un gasto”. Esto porque, en caso de incumplimiento de la devolución del préstamos o del pago de los intereses por parte de alguno de los bancos o cajas que lo reciban, el Estado tendrá que hacer frente a esos incumplimientos como garante.

"Es difícil ser optimista"
Sobre cuando ese préstamo empezará a pasar a la economía real, es decir a llegar a las empresas y los ciudadanos, y empiece por tanto a notarse en creación de empleo,  Joaquín Almunia se ha mostrado muy precavido: “es difícil ser optimista cuando lo que se acaba de conocer es que España tiene dificultades para financiarse por sí solo en el mercado". "Pero es verdad que si se capitalizan los bancos", ha señalado, "van a estar antes en disposición de cumplir su función de dar crédito a la economía real”.