En una sentencia conocida hoy, el juez condena además a los ocho administradores de Seguros Mercurio y a las sociedades Teinver, Viajes Marsans y Hotetur Club a pagar de forma solidaria 10,25 millones de euros a la aseguradora quebrada y les priva de sus posibles derechos como acreedores así como a pagar "aquella parte del pasivo que no sea satisfecha en la liquidación" de la compañía, aunque con un límite. Como máximos responsables, Díaz Ferrán y Pascual podrían tener que abonar hasta 12,1 millones de euros.

Malabarismos entre sus sociedades
La sentencia, recogida por EFE, expone cómo en 2009 la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones había detectado "contabilizaciones de operaciones que no se corresponden exactamente con la realidad económica o jurídica" de la compañía, en concreto en las operaciones realizadas con las sociedades Teinver y Hotetur. Estas compañías inmobiliarias formaban parte del "entramado de sociedades formado por los principales accionistas de Seguros Mercurio", es decir, Díaz Ferrán y Pascual, y se utilizaron para descapitalizar la aseguradora adosándole algunas operaciones ruinosas.

Una actuación "coordinada" que vació y quebró la empresa
Por ejemplo, en el caso de Teinver, la sentencia alude a la venta de un inmueble a la aseguradora que "finalmente culmina con la pérdida del bien de forma inmediata y, por lo tanto, sin que ningún activo ingrese en el patrimonio de Seguros Mercurio". "Bajo una apariencia formal de operaciones de compra y venta de inmuebles, se instrumenta una importante salida de activo". Es decir, que Díaz Ferrán vaciaba su propia empresa "en una actuación coordinada que permitiera la salida de activos de la concursada a favor de otras sociedades del grupo".

Los empresarios afines al PP y sus lecciones de economía
Además de esta condena, Díaz Ferrán tiene varias causas pendientes en relación a la quiebra del Grupo Marsans. Pero antes de que sus escándalos empresariales y judiciales le obligaran a abandonar la presidencia de la CEOE -fue sustituido en 2010 por Juan Rosell- se permitía dar lecciones sobre lo que más convenía a la economía española, unas recetas que el PP ha aplicado en cuanto ha tenido oportunidad. Así, el condenado Díaz Ferrán, firme defensor del ultraliberalismo Esperanza Aguirre -a la que en un acto y presuntamente cuando creía que no le grababan definió como "cojonuda"- defendía al tiempo la necesidad de abaratar el despido o un "paréntesis" en el libre mercado para socorrer a las empresas con problemas. Dos extremos que el Gobierno de Rajoy ha cumplido sin complejos, tanto a la hora de facilitar los despidos como para sustentar bancos con problemas como Bankia. En cuantos a las formas del mensaje, Díaz Ferrán tiene ahora en la patronal a un digno sucesor en la figura de su cuñado, Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE y presidente de la patronal madrileña, y otro empresario admirador de Aguirre.