Un lector se lo hizo notar a El Infiltrado y le preguntó: ¿Qué pondría en esa pancarta que al final se quedó sin desplegarse a pesar de las proclamas de ‘primera victoria en Andalucía’? Y empezamos a preguntar.

Arenas ‘el Campeón’, ya es “tetrasubcampeón”
Al final lo hemos sabido. Nos lo cuentan desde Andalucía quienes sabían los detalles del montaje preparado para la gran celebración que anunciaban las encuestas y cuyo momento culminante debía ser la entrada de Javier Arenas, ‘el tetrasubcampeón’: “En esos momentos, del balcón iba a descolgarse un gran cartel, como por otra parte hacen también en las noches de elecciones en Génova con el lema, escrito en grandes letras, ‘GRACIAS ANDALUCIA’”.

Pero nos dicen, esto del cartelón solo era parte de la parafernalia.  Había más. Para empezar un fuerte despliegue de luces. Se habían instalado grandes focos en la plaza. Se pensaba que los militantes acudirían a miles y las luces debían contribuir al espectáculo. A pesar de que Javier Arenas repitió en su discurso el dato de que se vivía “una noche histórica”, los seguidores del PP estaban muy lejos de sentir ese ánimo, y no llegaron a dos centenares los que se acercaron a la sede de su partido en Sevilla. Los únicos focos que se encendieron fueron los que iluminaban el balcón, para que se vieran los rostros cariacontecidos del propio Arenas y de Montoro, y los infantiles saltitos y gestos de la ministra Fátima Báñez. Debajo, la plaza quedó en la penumbra, lo que evitaba mostrar la perfectamente numerable concurrencia.

No se repartieron miles de banderitas españolas y andaluzas
Igual que el cartelón se quedó enrollado, quedaron también en la sede del PP, recogidas y sin repartir las miles de banderolas andaluzas y españolas que habían adquirido para que fueran ondeadas por los imaginados asistentes. Lo único que se mantuvo de la fiesta al final fue el arranque y el final del discurso del líder ‘popular’ andaluz, las palabras que debían haberse leído al tiempo que él anunciaba su supuesta gran victoria: “GRACIAS ANDALUCÍA”. Fuera de esas palabras del discurso de Arenas, que sí se mantuvieron conforme al mejor sueño de ‘el Campeón’, todo lo demás, lo que le trajo la realidad, fue diferente, y más triste de lo que él y sus compañeros habían esperado: Ni se desplegó el cartelón, ni se encendieron los focos, ni se repartieron las banderitas y todos se fueron a casa.