“Me invitó a cenar para arreglar los problemas del partido. Pero, estaba claro quería más. Me dijo que podíamos discutirlo todo en una reunión íntima. Mi negativa agravó los problemas. A partir de ahí, no se ponían al teléfono, no querían discutir la situación, y siempre me daban largas. Hasta que un día, reunida con el Valedor del Afiliado, Javier Berzosa, me dijo: una mamadita a tiempo te hubiera ahorrado muchas cosas”. Berzosa es abogado e íntimo amigo de Alberto Fernández Díaz.

Denuncia ante la Fiscalía
Quién así se expresa es Lydia Vargas González, presidenta del PP de Sant Just Desvern. Está tranquila y ha denunciado estos hechos ante la Fiscalia. Lydia no ha querido callar más y ahora denuncia lo que ella considera evidentes insinuaciones. “No he querido denunciarlo hasta que pasaran las elecciones municipales para no perjudicar al Partido. Pero ahora quiero dar un paso adelante consciente del qué dirán” afirmaba en una conversación mantenida en un bar de la localidad barcelonesa.

Jorge Fernández Díaz tapó el acoso
Tiene la cara triste por el calvario que ha sufrido pero se mantiene firme en sus denuncias. “Jorge Fernández Díaz como responsable del Comité Electoral del PP estaba perfectamente informado de los hechos por Pere Calbo. Creo que tanto él como Toni Bosch, el presidente de Barcelona, han ocultado todo esto a Alicia Sánchez Camacho. En este tiempo, he intentado ponerme en contacto con ella. Le he enviado mensajes a su facebook. También a Jordi Cornet. Siempre me han dado la callada por respuesta”. Lydia Vargas es contundente en este punto contra Jorge Fernández y Toni Bosch. “Estoy convencida que ellos son los promotores de los cambios de última hora en Sant Just sin respetar los estatutos, ni las leyes internas pasando por encima de la dirección de Catalunya”.

Sus compañeros le dan la espalda
Cuando explica su caso se denota una cierta decepción. “Alberto Fernández Díaz también conocía los hechos. No pasó nunca de las buenas palabras y, poco a poco, se fue distanciando. No ha sido el único. Muchos me han dado la espalda. Me aconsejan que no hable, que no cuente esta historia. Se ha establecido una especie de cordón sanitario en contra de mi persona. Incluso el presidente del Partido Popular en Barcelona, Toni Bosch, me dijo que no me iba a creer más a mí que a su Secretario General. Él fue el que me consejo que recurriera a la justicia. Es notario en activo y se dedica a dar fe de las cosas. También se preocupó de insistirme en que no denunciara estos hechos a la prensa”.

Castigo por su apoyo a Sirera
Para Lydia Vargas lo que ha pasado ahora tiene sus orígenes en la convulsa historia del PP catalán de los últimos años que se inició con la marcha de Josep Piqué. “Se ha demostrado con el tiempo que muchos de los que apoyamos a Daniel Sirera, somos ahora castigados. No estar en la línea oficial de ahora se paga. Lo curioso es que apoyamos a Sirera con el aval de Ana Mato, vicesecretaria del PP, y porque era el candidato de Mariano Rajoy”. Y añade “también me ha pasado factura llevarme bien con Montserrat Nebrera. Cuando se convirtió en la mala, en el partido nos obligaron a hacerle el vacío. Montse era vecina de Sant Just. Comimos juntas varias veces. Eso tampoco gusta y se paga”.

Fin de su carrera política
Lydia Vargas no titubea en señalar a quién considera que le ha hecho la vida imposible. Para la todavía presidenta del PP en Sant Just Desvern, no satisfacer sus pretensiones personales acabó con su vocación política en el PP. En la denuncia presentada en la Fiscalia Vargas acusa al Secretario General del Partido Popular de Barcelona, Alberto Villagrasa Gil, de mooving y acoso. Dije que no “a hablar íntimamente de los problemas de Sant Just”. Alberto Villagrasa es concejal electo por la ciudad de Barcelona. Era el número 4 de la lista de Alberto Fernández Díaz y muy vinculado a Jorge Fernández Díaz, responsable del Comité Electoral. “Así actúa el cortijo Fernández como se les conoce en el partido”, concluye de forma irónica.

Malos resultados en 2007
Para la dirigente del PP, esta negativa fue el detonante del conflicto político en su pueblo. El PP nunca ha sido un partido de referencia en Sant Just, una población que desde 1979 está dominado políticamente por el Partit dels Socialistes de Catalunya, el PSC, siempre seguido bien de cerca por CiU. Lydia Vargas era la candidata del PP en 2007. Los resultados no fueron buenos. La “espantá” de un concejal popular que se pasó al grupo mixto, la posición del partido en torno al Estatut y su política de agitación de la catalanofobia fue castigada en las urnas. El PP perdió un concejal y casi un 40% de sus votos.

Buenas expectativas para 2011
Lydia Vargas presentó de nuevo su candidatura en 2011. Estaba convencida que el PP mejoraría sus resultados. “Ahora nuestra imagen ha cambiado, por el trabajo realizado en el pueblo y porque en Cataluña y España la gente tiene ganas de cambio, está cansada del gobierno de Zapatero” afirmaba en sus declaraciones públicas antes de las elecciones. El Comité Electoral ratificó su candidatura. El presidente comarcal la avaló. Su aval también le ha significado un castigo. Tampoco fue el candidato en Esplugues de Llobregat.

Eliminada de las listas
Sin embargo, Lydia Vargas se enteró que no era candidata del PP en Sant Just cuando se lo comunicó la Junta Electoral. “En ese momento, nos pusimos a trabajar internamente. Intenté hablar con los dirigentes del partido para que me dieran una explicación. ¿Por qué no era la candidata si el proceso interno era impecable?. No tuve respuesta. El Partido presentó un candidato y ni la Junta Electoral ni los tribunales, incluido el Constitucional han querido inmiscuirse. Dicen que no soy candidata excluida, sino que soy candidata no incluida. Es decir, el PP nunca presentó mi candidatura, ni me lo comunicó. En fin, que no me pude presentar. Por eso, lo que en su momento consideré una anécdota, ahora creo firmemente que es la causa. No accedí a sus pretensiones, pues adiós muy buenas. He agotado toda la vía legal y política. Ahora se acabó. Quiero que la gente sepa lo que pasó.”

Subió en concejales pero bajó en votos
No le faltaba razón a Lydia Vargas. El PP obtuvo 2 concejales. Aumentó un regidor pero lo hizo con la inestimable ayuda de la baja participación. La candidatura del PP obtuvo 601 votos, un centenar menos que Lydia Vargas hace 4 años. La abstención ayudó a que Enric Salvadores y Oscar Gil resultaron elegidos. Ambos son cuñados y residentes en la vecina Esplugues de Llobregat. No viven en Sant Just. El segundo es miembro de la junta local de Esplugues. Es su tesorero. Mejoraron concejales pero no votos. La todavía presidenta popular cree que con ella a la cabeza “el partido hubiera alcanzado un mejor resultado”.

Artículo muy crítico
La frustrada candidata mantuvo su silencio hasta que ya fue consciente que no había solución a su pleito con la dirección del partido. En el último número de la revista municipal de Sant Just, Lydia Vargas escribió un duro artículo en el espacio reservado a los partidos políticos. Allí fue muy crítica porqué es violento “explicar algo que te avergüenza”. “La otra cara de la moneda es muy amarga, el propio PPC ha fallado en todos aquellos valores e ideas que he defendido en estos años”, y añadía “se han vulnerado mis derechos a la dignidad y la propia imagen, se han incumplido los Estatutos Generales del Partido y se han ignorado los órganos de gobierno local y comarcal,  entre otras cosas por no acceder a pretensiones personales”.

Cadidato cunero
En el escrito, la presidenta local era muy dura con el sustituto que el partido había impuesto. “Presentaron desde la central una lista alternativa encabezada por una persona que a parte de firmar su renuncia -en las empresas municipales de Sant Just- por dejadez e incompetencia, no vive ni trabaja en el municipio. Además de tener adicciones difíciles de controlar, demostradas públicamente”. Estas denuncias le fueron comunicadas al responsable máximo del PP en materia electoral, Jorge Fernández Díaz, por el diputado Pere Calbo.

Machismo
Lydia Vargas dice que está muy tranquila. Que necesita explicar lo que ha pasado porque se niega a renunciar a sus valores. Sabe que le dirán de todo y que será acusada de todo. “Tengo el apoyo de mi familia, mis amigos y de mi pareja. Nuestra sociedad rezuma machismo por muchos poros. Es nuestra obligación, la de las mujeres, en cualquier posición social, denunciarlo. Ahora, las elecciones han pasado y ha llegado el momento de recuperar la dignidad que me han pisoteado. No sólo existe el caso Strauss- Kahn”.