Este miércoles Antonio David Flores se ha convertido en el protagonista inesperado de la Junta General de Accionistas de Mediaset tras irrumpir por sorpresa en la reunión del grupo de comunicación. Para conseguir hacer su alegato y ser escuchado por ejecutivos e inversores, el excolaborador de Sálvame compró acciones del grupo y tener voz.

Así lo ha explicado él mismo a través de su canal de YouTube, plataforma que se ha convertido en su altavoz y forma de ganarse la vida desde que fuera despedido de Sálvame tras el testimonio de Rocío Carrasco en Rocío, contar la verdad para seguir viva.

En un vídeo subido a su canal durante la noche de este miércoles, el padre de Rocío Flores explicó que es "accionista de Mediaset" desde hace unas semanas. "Compré cinco títulos de acciones porque estaban baratas y mi economía se lo podía permitir", asegura. En concreto, se habría gastado unos 30 euros para poder intervenir en la Junta.

"Yo no he interrumpido ni me he colado en ningún sitio. El día 6 de abril, a través de un escrito por mi parte, Mediaset supo que probablemente podría intervenir en esa junta, o bien por streaming o personalmente", asegura. E insiste en que el grupo "tenía conocimiento" de que iba a asistir.

Además, quiso hablar de la "etapa difícil y complicada" que está atravesando Mediaset "por parte de su caballo de Troya, La Fábrica de la Tele". No obstante, confía en que la empresa "rompa los lazos" que le unen a la productora de Sálvame, tras su despido. "En ese momento, si tengo más dinero ahorrado, invertiré más. Confío en que ese consejo de administración de gente sobradamente preparada llegue a entender que la bajada de audiencia viene provocada por el inicio del documental", exponía.

Antonio David Flores decídía pedir la palabra y realizar una intervención de casi 20 minutos de duración. Una duración excesiva por la que tuvo que ser amonestado ya que el reglamento establece que quien quiera hablar no puede hacerlo durante un periodo superior a los 5 minutos. Así, a lo largo de su discurso, criticó la docuserie de Rocío Carrasco y el tratamiento del machismo y la violencia vicaria en Telecinco.

"Lo que se ha puesto de manifiesto es un ejercicio cínico sobre el machismo. Ya que habiéndome acusado frente a lo dictaminado por la Justicia como maltratador y ejecutor de violencia vicaria, incluso con un rótulo el día de mi despido con el número 061, la propia cadena durante este más de un año no ha hecho más que reproducir imágenes mías y de mi vida privada. Por supuesto, sin hacer constar el rótulo que colocaron el 22 de marzo del 2021", comentó el excolaborador.

Y es que según el malagueño, su despido tuvo "consecuencias para las audiencias del grupo, especialmente para las de Telecinco, que son las que generan los ingresos publicitarios".