El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ha sido entrevistado en Lo de Évole, donde ha repasado su carrera como epidemiólogo y el convulso año de pandemia que ha vivido al frente del CCAES.

Simón ha reconocido ante Jordi Évole sentirse "muy cansado", pero ha reafirmado que no se bajará "del barco" porque "con estas cosas no se puede hacer de cualquier manera".

El científico, que ha asegurado que "no" está vacunado, ha señalado "que las vacunas llegarán con facilidad el próximo mes y el ritmo en abril será más rápido" y ha matenido que la previsión es que el 70% de la población esté vacunada en verano.

Preguntado por la frase que hizo al principio de la pandemia sobre que habría "uno o dos casos" de positivos en SARS-CoV-2, ha dicho que no le ha "perseguido". "En aquel momento solo había transmisión en China", ha recordado. "Era la evaluación que teníamos en aquel momento", ha precisado, subrayando que todo cambió de manera radical "cuando supimos que había transmisión comunitaria en el norte de Italia".

Entre el 9 y el 10 de marzo "nos dimos cuenta que había que tomar medidas para cambiar y decisiones muy duras como plantear el confinamiento y controlar libertades individuales. Fue muy duro", ha reconocido. Sobre la exposición que hizo de esto ante Pedro Sánchez y sus ministros, ha contado que "te vas dando cuenta con sus caras de lo que es inmovilizar un país entero". "El presidente hizo una respiración profunda y asumió su posición. En ese momento admiré a nuestros dirigentes, mucho", ha precisado.

Simón ha expuesto que "hasta el 9 de marzo teníamos una IA del 0,6 a 14 días" y que ahora esta es del 153" y ha dejado ver que hubiera sido muy difíl que hablar de cerrar un país con esas cifras.  "A toro pasado es muy fácil opinar, pero yo no sé si, viendo los hechos con la perspectiva de este año, ¿se tendría que haber actuado antes?, ¿deberíamos haber cerrado antes?". Lo que sí ha confesado que le hubiera gustado saber es que hubiera pasado si se hubiera hecho.

Sobre la falta de material, el epidemiólogo ha hecho saber que Sanidad "siempre ha sido un Ministerio menor económicamente" y ha lamentado la escasez de equipos de protección a la que tuvieron que hacer frente los sanitarios. 

"Quizás podíamos haber hecho un esfuerzo mayor para tener reservas mayores, que tampoco es fácil", ha reflexionado, destacando la necesidad de cambiar la "cultura que se ha ido exacerbando constantemente en los últimos años" de la falta de stock. En este sentido espera "que ahora se modifique lo suficiente para permitirnos reaccionar mejor en el futuro".

La polémica de las mascarillas 

Preguntado por los cambios de discurso sobre las mascarillas, Simón ha expresado "que previamente se decía para qué servían las mascarillas, pero que, ante la incapacidad de poder abastecernos todos los países del mundo de esas mascarillas, teníamos que usar y aplicar otras medidas. Cuando fuera posible usar mascarillas, se usarían".

Del mismo modo, ha afirmado que "proponer una medida así para que todo el mundo lleve mascarilla no tenía sentido porque no había y porque no es clave para controlar la transmisión. Es clave para controlar la transmisión si no puedes mantener otras medidas", ha insistido. 

"Muy social"

Sobre su ideología y tras un "tengo que decirlo" y un "¿no se nota?, ha precisado que es  "muy social" y ha llamado la atención sobre el hecho de que "somos una población y no entiendo que los grupos desfavorecidos se les trate como otra especie y más sabiendo que el nivel económico de las familias tiene mucho que ver en el futuro de los hijos. Debemos romper ese círculo vicioso".

Una advertencia 

El director del CCAES ha lanzado también una importante advertencia y ha dicho que "estamos en riesgo de tener una cuarta ola mañana, pero en dos meses, con la cantidad de vacunados que haya, todo el proceso puede ser mucho más lento y no habría este número de infectados que ha habido. Estaremos en una situación muy favorable", ha afirmado.

Un lamento 

En lo que respecta al número de muertes que se ha cobrado la pandemia, Fernando Simón ha señalado que "no han sido 70.000 muertos sino un fallecido 70.000 veces". "No es aceptable ese número para nosotros y cada fallecido cuenta", ha indicado con evidente signo de dolor en su rostro. Entonces, ha reconocido que ha habido momentos muy duros para "todos los que nos hemos dedicado a la salud" en la que hemos pensado sentados cabizbajos en la que cama: "esto es mucho". 

Algunas anécdotas 

La entrevista ha dejado también algunos momentos muchos menos tensos como aquel en el que ha sido preguntado por la vacunación de las infantas en los Emiratos Árabes y ha bromeado recalcando que "la sangre azul es un factor de riesgo"  porque "indica cianosis, falta de oxígeno en sangre y mucho CO2". Sobre este asunto no ha querido pronunciarse, aunque sí ha dicho que no debemos olvidar "que son personas y tienen las mismas debilidades y miedos que el resto y nunca se puede desvincular la parte pública con la personal".

Simón también ha narrado una extraña anécdota en la que los micrófonos le pillaron diciendo "me voy a meter el dedo en la nariz". Según ha dicho, se lo espetó a un fotógrafo que estaba tratando de tomarle una instantánea; y ha indicado que de las muchas veces que le han parado en la calle, solo dos han sido para criticarle.  

"Que se olviden de mí"

Como colofón a su paso por el espacio televisivo de Jordi Évole, Fernando Simón ha dejado en el aire una frase que define en buena medida su personalidad. Preguntado por cómo querría que le recuerden cuando todo esto pase,  ha insistido en que solo quiere que se recuerde la importancia de cuidar de la salud de la gente, no solo de sanarlos cuando están enfermos y ha zanjado: "De mí nada, que se olviden de mí".