Ana Rosa Quintana ha vuelto a abordar este martes en Telecinco las amenazas de muerte recibidas por varios políticos de la izquierda. La presentadora de ‘El programa de Ana Rosa‘ se ha mostrado en contra de, que ha calificado de “teatralización”. Además, la presentadora ha querido confesar que ella también recibió amenazas y cree que lo mejor es dejar pasar el asunto.

Tras dejar opinar los tertulianos de su programa sobre las amenazas que han recibido miembros del Gobierno, Quintana ha tomado la palabra para contar uno de los peores episodios de su vida. “Hace ya un tiempo, bastante tiempo, yo tuve que tener a una persona de seguridad durmiendo en el sofá de mi casa, en el salón…”, confesaba. “Yo no se lo he dicho a nadie, de verdad, hace mucho tiempo eh, no ahora”, se explicaba. Además, optaba por mantener el silencio de las víctimas, indicando que lo único que tienen que hacer es ir a la policía.

“Pues dentro de una semana los madrileños estaremos votando, a ver que pasa hasta dentro de una semana… No cabe duda que esta campaña para la presidencia de la Comunidad de Madrid va a ser recordada siempre”, continibuaba diciendo. “Los ciudadanos estamos deseosos de escuchar medidas, propuestas, soluciones… y en estos momentos y a siete días de ir a las urnas el cordón sanitario entorno a Vox está centrando toda la tensión”, añadía para cambiar de tema.

Contra Yolanda Díaz por lamentarse por el ataque a Reyes Maroto

Por si fuera poco, Ana Rosa también ha cargado contra Yolanda Díaz por su reacción al conocer las amenazas de muerte. “Lo que vimos ayer fue muy grave, utilizar a una persona con esquizofrenia para hacer campaña. Primero fue la teatralización de Lastra con el ‘no pasarán’ de la Guerra Civil, luego el llanto de Yolanda Díaz en la tele. No habíamos visto llorar a nadie del Gobierno ni cuando morían 900 personas al día…”, decía.

“¿Han exigido PSOE y Podemos a Bildu que condene los asesinatos de ETA? No, y eso que ellos tenían un máster en cartas amenazantes, y se hacen fotos con ellos y pactan los Presupuestos”, continuaba diciendo sin miramientos.