El miércoles será el punto de inflexión de una semana de absoluta locura climática. Tras un cierre de julio relativamente atípico, el calor vuelve a asolar la Península, convirtiéndola en un horno ibérico, poniendo en amenaza a 20 provincias por alerta amarilla y naranja. Según previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) estas se extienden a nueve comunidades autónomas diferentes. De hecho, se espera que en puntos del sur y sureste peninsular (Málaga y Murcia) se superen los 42 grados centígrados. En el organismo también pone sobre aviso a Canarias ante la prominencia de fenómenos costeros a lo largo de este martes, día previo a la llegada de una borrasca atlántica que volverá a dejar a España en dos velocidades distintas.

El frescor de un atípico julio se rompió en los últimos días del mes, aunque su regreso no está tan lejos como se podría prever, dado que a finales de semana se modularán los mercurios dando paso a noches más apacibles e incluso con avisos de precipitaciones concentrados en Galicia, el Cantábrico y zonas parciales del Pirineo, especialmente en áreas montañosas, llegando también a puntos de las islas Baleares. Los problemas se aglutinan en el resto de la península, haciendo especial hincapié en las vertientes cantábrica, mediterránea, Baleares y Extremadura, donde se producirá un repunte térmico.

Así las cosas, las altas temperaturas han puesto en riesgo naranja a las provincias de Málaga y Murcia, donde se prevé que el mercurio pueda rebasar la frontera de los 42 grados centígrados. El riesgo amarillo se expande por las provincias de Córdoba, Huelva, Jaén, Sevilla, Ávila, Albacete, Cuenca, Toledo, Barcelona, Lleida, Tarragona, Badajoz, Cáceres, Madrid, Alicante, Valencia, Tenerife (Santa Cruz de Tenerife), además de Gran Canaria y Fuerteventura (Las Palmas).

El repunte térmico en las cuencas cantábrica, mediterránea, Baleares y Extremadura contrasta con las bajadas en el resto. Con todo, se prevén temperaturas superiores a los 35 grados centígrados en buena parte del interior de la mitad sur, la costa del Sol, depresiones del nordeste, Fuerteventura y sur de Gran Canaria y Tenerife; elevando la probabilidad de sobrepasar los 40-42 grados en puntos del interior de la Región de Murcia. Las mínimas, por su parte, subirán en el tercio norte peninsular, mientras que caerán en áreas del oeste de Andalucía, con pocas variaciones en los demás territorios sin sobrepasar los 26 grados en zonas del litoral mediterráneo andaluz. Asimismo, Gran Canaria, La Palma, La Gomera, El Hierro y Tenerife entran en alerta amarilla por oleaje.

Miércoles, punto de inflexión térmico

El regreso del horno ibérico tiene una fecha límite, sin embargo. Será a partir del miércoles 2 de agosto, que se prevé como el punto de inflexión entre el repunte calorífico y la llegada de una borrasca atlántica que haga que España avance a dos velocidades distintas. El calor que tendrá este martes en alerta amarilla y naranja a varias zonas peninsulares y a Canarias abrirá el camino de un frente fresco que albergará, además de amortiguar los termómetros en buena parte del país, lloviznas y lluvias. En definitiva, fenómenos arquetípicos de una época otoñal, según advierten desde los organismos meteorológicos.

La caravana de borrascas atlánticas, dirigidas por un chorro de aire polar muy intenso en altura, se desplazará desde zonas de Gran Bretaña y Europa Occidental hacia el norte de España, dibujando un escenario más propio del otoño que de un mes de agosto al uso. Esto ocurrirá a mediados de esta semana, donde se registrarán incluso bajadas de presión y vientos intensos, con rachas que pueden superar los 100 km/h.

En este caso, debido al paso de las colas de los frentes, las precipitaciones se concentrarán en Galicia, el Cantábrico y algunas áreas del Pirineo, especialmente en zonas montañosas. Las tormentas se podrían registrar en el noreste peninsular e interior este del territorio, también localizadas en puntos montañosos, mientras que algunos chubascos podrían afectar directamente a las islas Baleares.

Vacaciones “otoñales” por Europa

La llegada del frente atlántico de aire frío no solo afectará a España, sino también tendrá su incidencia sobre otros territorios del Viejo Contiente, como Francia. En el país galo los vientos incluso podrían tener un componente huracanado en zonas de la costa atlántica, donde además se registrará un descenso térmico tan pronunciado que podría abrir paso a la nieve durante unos días en puntos próximos a los Alpes, a partir de los 1900 metros de altitud. Asimismo, en áreas de los Países Bajos, Bélgica, Suiza y otros países del centro de Europa también podrían verse afectados por la borrasca.