Y bailaré sobre tu tumba”. Aquellos versos de Siniestro Total que sonaron con fuerza en los 80 y fueron versionados por grupos como Eskorbuto, han sido recuperados en redes sociales para criticar el último retiro espiritual de Effetá, en el que sus fieles han protagonizado una coreografía de Chayanne en el Valle de los Caídos. Como se puede ver en TikTok, Twitter y el resto de espacios de internet que se han hecho eco del momento, un grupo de jóvenes ha considerado que es una buena idea poner un altavoz con Madre Tierra y bailar en el que, a pesar de que ya no descanse aquí el dictador, sigue siendo el mayor mausoleo de España.

Alto secreto

Effetá se anuncia en su página web como un “retiro católico para jóvenes que tiene como finalidad vivir un encuentro personal con Dios, organizado por jóvenes que han conocido a Dios y quieren llevarlo a otros para que ellos también descubran el Amor Verdadero”.

Incluso dispone de un calendario en el que aparecen los diferentes encuentros, puestos en marcha por distintas iglesias aunque la matriz se encuentra en la calle Juan Bravo, en el Barrio de Salamanca. Estos ‘eventos’ se organizan por toda España y la pasada semana uno -al menos un momento de él- se dio frente a la cruz gigante que Franco ordenó construir a presos de la dictadura.

Effetá nace en Colombia y llega a España en 2013. Desde entonces se ha ido extendiendo por diferentes ciudades tratando de promover el “acercamiento” con Dios. Los encuentros y sus respectivas actividades tienen lugar los fines de semana, aunque se espera la continuidad en el tiempo. Ha recibido críticas entre quienes lo califican de “secta”, pero solo hay una manera de saber qué es lo que se hace realmente en estos encuentros: acudir a uno.

Ya en la página web advierten del “misterio” que impregna la estancia en unos retiros. En sus líneas justifican: “Queremos daros a los nuevos caminantes -así se llama a quienes acuden por primera vez- las oportunidades de desconectar y retiraros totalmente del ajetreo, vivir cada momento sin estar pendientes de lo que viene después, transmitiros la importancia de confiar y crear un clima para que os dejéis de sorprender”. “Aquí no hay peligro, os cuidamos bien, y estamos a total disposición para todo lo que necesitéis durante todo el fin de semana (…) Pensamos que es como un regalo, y desvelar la sorpresa antes de abrirla quita ese algo ‘especial’, así que optamos por no hacerlo”, se añade.

Como se ha dicho, la cosa no se queda en un fin de semana. O no es esa la intención. Quienes pusieron la primera piedra de Effetá son jóvenes que, deslizan, habían acudido a un encuentro espiritual con anterioridad y que decidieron crear éste para que los demás vivieron la misma experiencia. Una experiencia que, eso sí, se guarda como si de la fórmula de la Coca-Cola se tratase y su objetivo último pasa por la continuidad en el tiempo: “Cada grupo se junta una vez a la semana para acompañarse y crecer en comunidad”.

Apuntarse a cada uno de ellos -Madrid cuenta con uno prácticamente cada semana- cuesta entre 90 y 140 euros. El precio no suele resultar caro a quienes lo pagan, y es que la mayor parte de los feligreses son de buen estatus socioeconómico pese a que defiendan que también los acompañan miembros de familias marginales.

“Se crea así una comunidad, un grupo de amigos, porque vivir la fe en solitario es muy difícil. No es algo obligatorio, sino que lo importante es que ellos vuelvan a reinsertarse en la Iglesia, estén donde estén”, relatan.

Emaús, el ‘padre’ al que han acudido políticos y Tamara Falcó

La propia Effetá habla en su web de otros retiros “similares” en función de la edad. Así la cosas, se refiere a Bartimeo, para jóvenes de entre 16 y 18 años o La llamada de Samuel, destinado a los adolescentes desde tercero de la ESO a Primero de Bachillerato. También aparece mencionado Emaús, de algún modo su padre, pues este está pensado para adultos a partir de los 30 años.

Entre sus participantes han acudido personas conocidas, desde antiguos cargos del PP como la expresidenta ‘popular’ vasca María San Gil hasta Juan Carlos Quer -padre de la adolescente asesinada Diana Quer-, pasando por Tamara Falcó. Hasta “amigos del rey”, según cuentan. Uno de los “caminantes , que aparece en las líneas de El Mundo a las que también forman parte estos famosos, cuenta una de las supuestas experiencias, siempre envueltas dentro del secretismo que parecen obligados a guardar, dicen, para que la gente no tenga una idea “equivocada” al ser “algo tan religioso” de lo que, sin embargo, asumen puede participar cualquiea: “Me recibieron con cartas escritas por mis seres queridos, que exaltaban lo mejor de ti. Me acuerdo la primera noche que nos íbamos pasando un peluche e íbamos contando cuál era nuestro mayor miedo”. No sabemos qué mas se hará, pero desde luego es difícil encontrar la relación entre esta escena y el baile del Valle.