El inicio de la campaña de vacunación contra el coronavirus ha supuesto, sin duda, una esperanza a la que aferrarse en unas circunstancias que continúan siendo muy difíciles.

Sin embargo, al mismo tiempo que ha abierto un horizonte frente a la incertidumbre, también ha despertado dudas y miedos, sobre todo, en aquellas personas con patologías alérgicas  previas. 

Vacunas seguras

Entre las preguntas más frecuentes que se hacen está la derivada de la rapidez con la que se han desarrollado las vacunas. ¿Puede afectar a su seguridad o eficacia? 

La Dra. Mar Fernández Nieto, alergóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid no tiene dudas al respecto. “Los tiempos de desarrollo se han minimizado al máximo por la situación de emergencia sanitaria mundial sin restar seguridad”, subraya.   

Del mismo modo, recuerda que los resultados de las investigaciones “han sido revisados por expertos para corroborar su rigor antes de ser publicados en prestigiosas revistas científicas” y que, si se han logrado grandes resultados en tan poco tiempo, es fruto de la “inversión económica ingente” que se ha hecho y de los “excelentes científicos que respaldan cada una de las vacunas”.

En este sentido, esta especialista afirma que “la mayoría de fármacos en investigación se retrasan por la falta de soporte financiero” y recalca que lo ocurrido demuestra lo importante que es “invertir en ciencia”. “La ciencia nos salvará, una vez más”, enfatiza.

Las vacunas en personas alérgicas

Pero, ¿puede vacunarse todo el mundo?  Por el momento, las vacunas que se han desarrollado y aprobado son para pacientes adultos y, por tanto, no están disponibles para niños.

Eso sí, debemos esperar nuestro turno, ya que la estrategia de vacunación la define cada gobierno y no podemos hacerlo cuando decidamos.

Las contraindicaciones son pocas y, pese a lo que algunos piensan, los alérgicos pueden vacunarse. “Muchas personas alérgicas al polen o con asma tienen dudas porque al principio de la comercialización de la primera vacuna contra el coronavirus, el laboratorio productor incluyó como contraindicación a la misma  tener antecedentes de alergia grave en general o anafilaxia”, recuerda la Dra. Fernández.

Sin embargo, “en la última ficha técnica de esta primera vacuna ya solo se contraindica en las personas que pudieran haber tenido una reacción adversa con los excipientes de la misma” añade.

Deja claro que “todos los fármacos de esta galaxia pueden causar alergia”, pero recalca que “tener alergia a un alimento o a algún medicamento no implica que se vaya a tener a otro y, por tanto, esté contraindicado” su uso.

Del mismo modo, tanto la Sociedad Española de Alergología (SEAIC) como la europea (EAACI) han emitido comunicados al respecto en los que se señala que las vacunas contra el coronavirus solo están contraindicadas en personas con antecedentes de alergia a algunos de los componentes de las mismas. “Padecer rinitis, asma, alergia alimentaria, alergia a las avispas, alergia a medicamentos, etc, no contraindica, a priori, la administración de estas vacunas”, precisa la Dra. Fernández-Nieto. 

El polietilenglicol (PEG)

Sobre el polietilenglicol, un compuesto utilizado para estabilizar determinados fármacos y empleado también en las vacunas, esta alergóloga indica que “si un paciente ha tenido alguna reacción previa con algún fármaco que lo contenga deberá advertirlo antes de ser vacunado”, pero descarta que sea necesario hacerse un estudio alergológico previo, antes de recibir alguna de estas dosis. En la población general, "no es necesario si no se han tenido con anterioridad reacciones sospechosas con alguno de los excipientes presentes en estos fármacos”, afirma.

Reacciones adversas

Por otro lado, esta especialista remarca la necesidad de distinguir la alergia de las reacciones adversas. Estas entran “dentro de lo previsto por la compañía que elabora las vacunas y están listadas en sus prospectos por orden de frecuencia”, explica, recordando que “una reacción común es el denominado síndrome vasovagal con mareo debido a la situación de estrés agudo a la hora de adminsitrar la vacuna".

“Para llegar al diagnóstico de que se tiene alergia a la vacuna contra el coronavirus tienen que haberse hecho una serie de pruebas”, indica.

La Dra. Fernández-Nieto destaca también que los datos de reacciones adversas son públicos y pone un ejemplo que evidencia que su incidencia es muy baja. En Estados Unidos, hasta el 23 de diciembre, de los casi dos millones de dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech que se habían administrado, solo se reportaron un 0,25% de efectos adversos.

Cuidar la temperatura

Una forma de evitarlos es tener especial precaución con la temperatura de estos fármacos.

“Es importante seguir las recomendaciones de administración a raja tabla; por ejemplo, atemperando la vacuna, ya que la administración de una sustancia externa a tan bajas temperaturas puede desencadenar efectos adversos”, aclara la alergóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, donde ya ha sido vacunado casi el 80% de los trabajadores. 

Nuevas cepas

Sobre la eficacia de las vacunas contra las nuevas variedades de coronavirus que van descubriéndose queda mucho por saber. Para algunas de ellas, como la británica, ya está constatada su eficacia, sin embargo, a juicio de esta médico es importante vacunar rápido para evitar que sigan apareciendo nuevas mutaciones.

Mantener las medidas

En cualquier caso, y pese a todos los avances logrados, las medidas de precaución han de seguir acompañándonos. “Aunque nos vacunemos, habrá que seguir llevando mascarilla, cumplir con la distancia social y mantener la higiene de manos durante, al menos, uno o dos años más”, indica, subrayando que “las vacunas comercializadas hasta ahora no evitan la infección, sino la enfermedad grave, las complicaciones y una posible muerte a causa del virus”.

Del mismo modo, “no se sabe si, aunque estés vacunado, puedes contagiar a otra persona”, aclara, al tiempo que recuerda que las vacunas que requieren dos dosis no son eficaces cuando solo se ha administrado una. “Nuestro sistema inmune trabaja despacio, necesita su tiempo para producir las sustancias de defensa, y por eso necesita estas dosis de recuerdo”, resume, antes de zanjar: “Es muy importante no bajar la guardia”.