El FC Barcelona se ha proclamado campeón de LaLiga, consiguiendo el alirón a falta de cuatro jornadas para la conclusión de la temporada 2022-23 y rematando el trabajo de toda la campaña con un 2-4 en el estadio de uno de sus eternos rivales, el RCD Espanyol. Un doblete de Lewandowski y los tantos de Koundé y Balde daban al Barça el triunfo que les hacía conquistar su vigesimoséptima Liga, pero el protagonismo de los jugadores culés y el esfuerzo de toda una temporada quedó empañado en El Prat por la lamentable acción de los ultras del conjunto 'perico'

Cuando los jugadores del Barcelona se encontraban en el centro del campo celebrando el título liguero, una muchedumbre de aficionados blanquiazules irrumpió al terreno de juego, con el objetivo de agredir a los miembros de la plantilla blaugrana, que tuvieron que refugiarse a la carrera en el túnel de vestuarios. En su invasión de campo, algunos ultras portaban barras metálicas y otros materiales que robaron de las televisiones.

Unos hechos que, lo más seguro, terminen acarreando una fuerte sanción económica al club de Cornellá, que se está jugando la permanencia en la primera división del fútbol español, de momento sin éxito, ya que la decimonovena plaza que ocupa actualmente es un resultado que les relegaría a Segunda División.

 

Un historial de lo más problemático

Esta no es la primera ocasión en la que la afición del Espanyol protagoniza imágenes para el olvido en los diferentes campos del fútbol patrio. Se trata de una hinchada que cuenta con grupos abiertamente fascistas entre sus filas, que han gozado de total impunidad de actuación en las últimas décadas. Las Brigadas Blanquiazules, con menor presencia que hace unas décadas pero aún en activo, es uno de estos grupos de ideología nacionalsocialista que el club ampara y que ostenta uno de los recorridos más polémicos del fútbol español. 

 

En 2016, los ultras 'pericos' desplegaron una pancarta en la que atacaban a la cantante colombiana Shakira y a su entonces pareja, el exfutbolista culé Gerard Piqué. Una deleznable imagen que causó la indignación y la condena casi unánime del deporte español. 

"Shakira es de todos"

 

En la misma línea, un año antes cargaban también contra el mismo futbolista, profiriendo insultos homófobos y asegurando que su hijo "era de Wakaso", futbolista ghanés que militó en el equipo de Cornellá entre 2012 y 2013.

 

Iñaki Williams, futbolista del Athletic Club de Bilbao, también fue conocedor de primera mano, en enero de 2020, del racismo que se respira en Cornellá-El Prat. La Fiscalía de Delitos de Odio pidió dos años de cárcel para un aficionado del Espanyol acusado de proferir insultos racistas, humillarle y menospreciarle durante un partido de liga, incurriendo en delitos contra los derechos fundamentales y las libertades públicas, lesionando la dignidad de Williams con alicientes racistas.

La propia Liga denunció en su momento ante la Fiscalía los insultos racistas sufridos por Williams y ejerció de acusación particular. Cuando el delantero vasco fue sustituido, recibió abucheos y tuvo que escuchar cómo un sector de la grada simulaba gestos y sonidos que hacen los monos.

Conocidos ya por sus acciones racistas, homófobas y machistas, son los mismos ultras que en 2019, durante el partido que enfrentó a Girona y Espanyolpegaron unos adhesivos con la foto de Ana Frank, niña judía asesinada por el nazismo, vestida con la camiseta del Barça.

Las pegatinas pudieron verse en la zona visitante de Montilivi durante el partido que enfrentó a los conjuntos catalanes, sin que fuese esta la primera ocasión en la que se utiliza la imagen de la niña: ultras de la Lazio hicieron un montaje parecido de Ana Frank con la camiseta de la Roma durante un partido contra el Cagliari, con motivaciones ideológicamente similares.

Tras este último episodio de los ultras 'pericos', está por ver si esta es finalmente la gota que colma el vaso para que tanto el club como la propia Liga actúen en consecuencia, o si, por el contrario, se correrá un tupido velo como en ocasiones anteriores y estos hechos quedarán en el olvido.