El Tribunal de Apelación de Nimes, ciudad al sur de Francia, ha condenado a diez años de prisión al único violador de Gisèle Pelicot que presentó un recurso tras el primer juicio de la causa por las múltiples violaciones en diciembre de 2024 y que, en su caso, se saldó con una pena de nueve años. De esta manera, Husamettin Dogan asumirá un año más de cárcel que el que se le impuso en primera instancia.

El hombre condenado, de 44 años, alegró durante los tres primeros días de vista que fue “engañado” por el marido de la víctima y principal organizador de las múltiples violaciones, Dominique Pelicot, a quien describió como una persona “manipuladora”. Según rezó su versión en sede judicial, Dogan pensó que Pelicot sí tenía el consentimiento de su entonces mujer. “El señor Dogan no podía luchar contra Dominique Pelicot, no más que Gisèle Pelicot”, defendió su letrada, Sylvie Menvielle.

"Por supuesto que Giséle Pelicot no lo consentía", ha defendido el fiscal Dominique Sié este jueves en su último turno de palabra, en el que ha señalado a Dogan como plenamente responsable de un delito de violación con agravantes cometido en junio de 2019 en la localidad de Mazan, en el sur de Francia.

De esta manera, la Fiscalía ha recordado que la mujer aparecía inmóvil en los vídeos de las violaciones y abusos, considerando que tanto los expertos que han comparecido en el juicio como otros acusados han descartado que hubiese consentimiento alguno. Por este motivo, el fiscal reclamó para el acusado 13 años de cárcel, la misma pena que ya había solicitado el Ministerio Público en primera instancia.

La propia víctima también recriminó el miércoles a Dogan que se presentase como una "víctima" de Dominique Pelicot. "¿Víctima de qué? La única víctima en esta sala soy yo. Asume la responsabilidad de tus actos y deja de escudarte en tu cobardía", espetó Pelicot.

Histórica sentencia judicial

A finales de 2024, se ratificó la histórica sentencia judicial del caos Gisèle Pelicot que sobrecogió al mundo entero: entre cuatro y 20 años de prisión para los 50 acusados de violación y sumisión química a la víctima, entre ellos, su exmarido. La mujer aseguró en el juicio que pudo haber sido violada en unas 200 ocasiones durante un periodo de diez años mientras estaba siendo drogada contra su voluntad.

Tras este paso histórico, que se suma a la lucha feminista mundial, Pelicot dijo ante la prensa francesa que no se arrepentía “de dar la cara”: “Tengo nietos y no quiero que se avergüencen de usar ese apellido. Quiero que estén orgullosos de su abuela. A partir de hoy se recordará a la señora Pelicot y cada vez menos al señor Pelicot”, esgrimió en diciembre del pasado año desde los tribunales de Aviñón.

Gracias a su valentía de alzar la voz y exponer a los violadores que le causaron tales sufrimientos agravados durante años, viendo a su vez cómo la justicia falló en su favor, Gisèle Pelicot se convirtió en un icono del movimiento feminista mundial y encabezó el lema de “la vergüenza tiene que cambiar de bando”.

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