La Policía Nacional tiene ya en su poder el arma que se usó, presuntamente, para matar a la presidenta de la Diputación de León y del PP en esa provincia, Isabel Carrasco. Una policía local de León, Raquel Gago,  la entregó este martes en la noche en la comisaría. Esta persona fue detenida y luego liberada, pero se mantiene imputada. Según han adelantado fuentes de la investigación a la SER, la policía aseguró que Montserrat Triana, la hija detenida, le entregó un paquete que contenía la pistola.

La madre sigue siendo la presunta asesina material
La Policía investiga ahora cuál pudo ser el papel de la policía local que ha entregado el arma en el crimen, aunque la presunta autora material sigue siendo la madre, Monserrat González Triana, ya que la prueba de parafina confirmó que había restos de pólvora en sus manos. Todavía no se ha confirmado si el arma pertenece al inspector jefe de Astorga, Pablo Antonio Martínez, marido y padre de las detenidas.  De acuerdo con las pesquisas iniciales, se habrían efectuado tes disparos, alguno de ellos en la nuca o en la cabeza porque la autopsia revelaba "destrucción de centros nerviosos superiores".

La Policía Nacional busca el arma de fuego que ayer tarde acabó con la vida de la presidenta de la Diputación de León y presidenta provincial del PP, Isabel Carrasco, en el cauce del río Bernesga, a donde sospecha que la arrojó la autora de los disparos. EFE



El modelo de la pistola no es el que usa la Policía
Isabel Carrasco habría sido asesinada con una pistola de la marca Taurus que tiene el número de serie borrado y a la que le faltan tres de sus seis cartuchos. La pistola no es del tipo de las que usa  la Policía Local ni la Policía Nacional, según fuentes de la investigación citadas por Europa Press.

Una segunda pistola
Por otra parte, la Policía ha encontrado una segunda pistola en el registro del domicilio de Montserrat Triana.

Como testigos en este caso está el policía jubilado que persiguió a la madre y la hija hasta el Mercedes en el que pretendían escapar y que ayudó a la detención de las mujeres; además, hay dos testigos más, también jubilados, que habrían declarado haber visto a María Montserrat González Fernández y a su hija en la pasarela que cruza el río y donde se asesinó a la política popular.

Una venganza personal
El móvil del crimen sigue siendo la venganza de María Montserrat González contra Isabel Carrasco por no volver a colocar a su hija en la Diputación, donde trabajó con un contrato de obra en enero de 2007 como ingeniera de Telecomunicaciones y donde estuvo hasta marzo de 2011. En esa fecha tuvo que dejar el puesto porque no aprobó el concurso-oposición, que ganó un opositor de Valladolid, quien solicitó la excedencia. La plaza no se cubrió con un interino, por lo que Monserrat Triana y su madre  presionaron durante años a los cargos del PP regionales para que pidieran a Isabel Carrasco que la recolocara, según El Mundo.