El recurso contencioso-administrativo contra el circuito de Fórmula 1 de Madrid interpuesto por la Plataforma Ecologista Madrileña, a través de Liberum Natura, una de las asociaciones que forman la organización, ha sido admitido a trámite por la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) mediante decreto a fecha de 27 de mayo.
Al tiempo que se ha decretado la admisión a trámite, se ha requerido al Ayuntamiento de Madrid que aporte el expediente administrativo correspondiente al Plan Especial para la definición de redes en el ámbito del Área de Planeamiento Específico 21.10 "recinto del parque ferial Juan Carlos I" y su entorno. Este planeamiento ha servido para reordenar el espacio, interno y externo del recinto ferial y modificar las condiciones y parámetros urbanísticos para hacer posible la implantación de las nuevas actividades y construcciones previstas que exige la implantación del circuito de carreras.
A juicio de la Plataforma Ecologista Madrileña, como puso de manifiesto en las alegaciones presentadas el pasado mes de agosto ante la Consejería de Medio Ambiente, el Plan Especial incurre en diversas irregularidades como son los remolques de fuel, jardines convertibles en viarios, vías pecuarias sobre zonas verdes o la eliminación de cientos de árboles. El emplazamiento no está justificado, no existe ninguna necesidad de construir un circuito urbano de carreras, con la enorme afección que tendrá sobre el vecindario, tanto a nivel de movilidad como de contaminación acústica. El impacto de la eliminación de más de 700 árboles y de la destrucción de los numerosos humedales existentes en la parcela norte, no se han valorado convenientemente.
Actualmente, está formada por terrenos rústicos no urbanizados pero modificados por la actividad minera a la que se sometieron entre los años 2018 y 2020. Al llover se generan decenas de charcas mediante la filtración del agua, dándose así una recarga del terreno y una continuidad de láminas de agua que pueden llegar a alcanzar varias hectáreas de superficie. Almacenada de esta forma, el agua se descarga hacia los cursos fluviales en las zonas del valle, como es el caso de la cabecera del arroyo Valdefuentes, al norte del ámbito, entre las avenidas Fuerzas Armadas y Alejandro de la Sota, donde se forma una gran laguna, favorecida por la obstrucción del cauce que dificulta que el agua fluya hacia el arroyo Valdebebas del que es afluente. El terreno ha acabado con diferentes biotopos por la consecución de la erosión de los caudales, impidiendo la normal convivencia de animales y plantas. No obstante, la Consejería de Medio Ambiente no quiso profundizar sobre estas cuestiones, ignorando las graves deficiencias urbanísticas que incurre el nuevo planeamiento.
A partir de ahora se iniciará un procedimiento judicial que podría terminar con la declaración de nulidad del Plan Especial. Sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid ha concedido la "autorización de actividad de partes autónomas" y se han iniciado obras. Estas obras están destruyendo buena parte de los humedales existentes en la parcela norte, entre la calle de Francisco Umbral y la avenida de Alejandro de la Sota.
La Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), la Asociación Ecologista del Jarama El Soto, el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), Jarama Vivo y Liberum Natura recuerdan los problemas sociales, económicos y ambientales que conlleva no respetar los cauces y zonas inundables de los cursos fluviales y humedales, como se ha demostrado en el caso de estos terrenos. Construir una infraestructura innecesaria, que está destinada a generar lucro privado, como es el circuito de carreras, y sobre estos terrenos, es una irresponsabilidad tanto del Ayuntamiento y Comunidad de Madrid como de la Confederación Hidrográfica del Tajo que lo autoriza. En el momento que se requiere una mayor transformación cultural hacia la sostenibilidad, este tipo de proyectos invisibilizan las prioridades ecológicas que deberían guiar la planificación urbana.