El programa La ventana de la Cadena Ser, conducido por el periodista Carles Francino, se ha hecho eco de la noticia publicada por ElPlural.com en la que se informaba de que, un usuario de Twitter ha suplantado la identidad de la fiscal Susana Gisbert en esta red social con una cuenta falsa en la que llama a Gisbert “la fiscala feminazi”. El periodista, no salía de su asombro, pero la fiscal ha sido muy clara: “Si me está escuchando el elemento, que sepa que no me va a echar” de Twitter.

Francino ha querido saber si lo publicado por este periódico es habitual o puntual, a lo que Susana Gisbert le ha contestado que, “es un discurso que antes estaba en determinados sitios y, ahora, hay gente que se ha envalentonado, todos los días me mandaban uno o dos mensajes y ahora son diez o doce. El discurso de odio cada día sube más”.

En cuanto a lo sucedido, la colaboradora de este periódico ha dicho: “Estoy un poquito regular, la parte buena es la reacción de la gente”, aunque preguntada por la cuenta ha explicado que “sigue abierta”, y ha añadido que su dueño “es alguien que quiere que lo vea porque me ha etiquetado en el primer tuit, y además el tuit con el que ha contestado a la periodista de El plural que fue la primera que lo publicó dice quién es, habrá que investigarlo”.

El periodista Jon Sistiaga ha querido saber cómo se podrá investigar si hay delito de odio siendo ella la delegada de la sección, a lo que Susana Gisbert le ha contestado que “afortunadamente el Ministerio Fiscal es único. Obviamente, si denuncio no puedo ser yo quien lleve el tema, pero la Fiscalía de Odio puede seguir con el delito. No soy la primera fiscal con la que se meten, un compañero de Barcelona ha sufrido lo mismo”.

Más allá del tema de la cuenta de Twitter que suplanta su identidad y la acosa, los periodistas han querido saber la opinión de Gisbert sobre las estadísticas que explican que cada vez más jóvenes niegan la existencia de la violencia de género. La fiscal ha aseverado que: “hay una polarización de la sociedad. Hay jóvenes concienciados, y luego hay cantidad que se dejan influenciar por movimientos o modas, y se creen lo que les den, aunque sean estadísticas falsas sobre las supuestas denuncias falsas. En un foro en un instituto, un niño me dijo que no me sabía la ley, que me la iba a mandar a mail”.