El hombre que fue agredido el pasado 12 de febrero en un bar por dos policías en Linares, Carlos M.A, declaró el pasado día 18 ante el Juzgado de Instrucción 3 de Linares en calidad de perjudicado, pero también de investigado. Sobre esta condición, el juez que dirige la causa, Javier Antonaya, lo citó porque le atribuye presuntos delitos de lesiones y atentado contra la autoridad.

El magistrado entiende, como relató en el auto en el que ordenó prisión provisional para los dos funcionarios, el subinspector José Luis P. C. y el policía Manuel F. N.—, que estos últimos efecturaon una serie de golpes contra su adversario en la parte final de la pelea callejera, pero que en primera instancia fue Carlos quien comenzó con la pelea física.

La versión de la "víctima" del incidente

Teniendo en cuenta las declaraciones de los policías y sus lesiones, el magistrado tomó la decisión de citar también como investigado al segundo protagonista del altercado. De este modo, el instructor pretendía observar si este realizó alguna ilicitud penal, citando a su vez al cuñado de Carlos en calidad de investigado, Francisco Javier P. G, quien fue testigo de la pelea. 

Durante su declaración en sede judicial, Carlos confirmó en líneas generales el testimonio que había prestado días atrás en sede policial, cuando explicó que el subinspector José Luis, al que aseguró desconocer, se le acercó a media tarde, justo a la hora del cierre del local, y comenzó golpeándole en el hombro.

Acto seguido, continúa relatando que el funcionario comenzó a increparle. Carlos aseguró que él hizo caso omiso en un principio a las palabras del agente, pero poco después llegó su otro compañero, Manuel, y en ese punto comenzaron a asaltarle con más fuerza a sus espaldas: se le echaron encima, le agarraron por el cuello, le propinaron reiteradas patadas e incluso le estamparon una botella de cerveza en la cabeza, el último golpe que le dejó inconsciente.

Siguiendo las directrices del discurso anterior, su cuñado Franciso Javier, ratificó los hechos. Aseguró que no conocía a los funcionarios implicados aunque en la sede policial sí había admitido que sí conocía su condición de funcionarios públicos. Este punto será clave en el desarrollo del procedimiento, pues determinará si existió o no el delito de atentado contra la autoridad que el juez atribuye a ambos familiares.

La decisión aún incierta del juez 

A pesar de que el magistrado dictaminó prisión preventiva para los dos policías, la posterior imputación de Carlos y Francisco Javier muestra que tratará a todos los que participaron en la trifulca como sospechosos de diferentes delitos. 

En su escrito, Antonaya calificó la agresión de "violencia atroz". Los agentes actuaron de manera "desproporcionada" y con un "sentimiento de impunidad", dado que los funcionarios utilizaron utensilios que podían dañar la salud del atacado.

Ambas partes se encararon en la pelea

El escrito judicial dictaminaba que, en un principio, fue Manuel F. quien "se lleva la peor parte" del intercambio de golpes entre Carlos y él, acorde a los hechos que se muestran en los vídeos. Ambos se señalaban el uno al otro como el detonante primero de la pelea. José Luis, por otra parte, argumentó que se dirigió al servicio del local cuando el dueño anunciaba el cierre del día. Al cruzarse con Carlos dentro del bar, este le propinó un codazo con el siguiente mensaje: "Qué pasa, que os creéis que todos los policías sois mejores", a lo que el agente respondió: "para ti la perra gorda, uno a cero", que en la terminología de la zona se traduce en dar la razón a la otra persona para evitar líos.

A continuación, José Luis se metió entonces en el baño y, siguiendo los testimonios de su compañero, Manuel se acercó a Carlos para pedirle explicaciones por su comentario. Según siguen las declaraciones del segundo policía, Carlos se le echó encima con violencia y comenzó a golpearle hasta en ocho ocasiones, aunque este, en un primer momento, no devolvión los golpes. El cuñado de Carlos, por su parte, se postró ante la salida del baño para cortarle el paso a José Luis para que no pudiese intervenir.

Tras zafarse del familiar, el policía avanzó hacia su compañero quitándole a Carlos de encima. Mientras que Manuel discutía con Francisco Javier, José Luis avisaba a los refuerzos, aunque llegaron antes de tiempo. En ese preciso intante, Carlos, con gorra en mano, se disponía a abandonar la escena cuando ambos funcionarios salieron a la calle tras él para impedir su huida, pero el cuñado les sujetó. Manuel logró alcanzar a Carlos pero este le recibió con una patada y un puñetazo que lo dejó en el suelo. Carlos volvió a posicionarse sobre él para asestarle más golpes.

En ese momento, entró en escena la hija de Carlos, que también les atizó varios golpes a los agentes. Tras un forcejeo con todos la menor y el cuñado, Manuel cogió a Carlos, le levantó y le intentó reducir dándole un empujón que le tiró al suelo. Según los testimonios de los funcionarios, y solo con el fin de reducir a su agresor, Manuel comenzó a asestarle golpes en la cabeza, tal y como se muestra en los vídeos.

En los próximos días, comparecerán en sede judicial diferentes testigos que complementarán los relatos ofrecidos por los cuatro investigados.