Cristina Bomboi, una joven valenciana que lleva en prisión dos años, ha aceptado la pena de cinco años de cárcel por financiación del terrorismo. Esta joven pasó de salir de fiesta con sus amigas, acudir a su falla y poner vídeos en las redes sociales a vestir completamente de negro con un niqab que solo dejaba ver sus ojos. "La de negro" comenzaron a llamarla en Cullera, su pueblo natal. Y lo que todo el municipio, incluso su familia, tildaba de "rarezas" he terminado por ser una historia de radicalización de una joven española que, de sor por la policía, habría terminado en Siria en manos del ISIS.

Su historia

En 2019 se casó en secreto con un joven marroquí por el rito musulmás. Con él trató de llegar a Siria para unirse al ISIS, pero su nuevo marido no era lo suficientemente radical y aquel viaje fue un fracaso. Cristina se divorció y, mientras enviaba dinero al ISIS, comenzó a buscar la forma de llegar a Siria ella sola. Cada vez más radicalizada, pues llegó a celebrar la decapitación de un profesor francés diciendo "se lo merecía", finalmente la joven fue detenida en 2020 por la Policía Nacional.

De hecho, cuando la policía la detuvo en 2020, Cristina ya tenía los billetes a Turquí comprados. Su intención era la de casarse con uno de los siete "foreing fighters" (combatientes extranjeros) que estaban en la zona de Idlib. Según la investigación, la joven tomó la decisión porque había tenido contacto directo a través de sus ocho móviles.

Ahora, dos años después, en un juicio que no ha durado ni cinco minutos, la que pasara de fallera a yihadista en un abrir y cerrar de ojos ha aceptado cinco años de cárcel y 18.000 euros de multa en la Audiencia Nacional.