El Partido Popular se ha salido con la suya y ha concretado el primer gran paso en su hoja de ruta dibujada para lavar su maltrecha imagen tras la sentencia del caso Gürtel relativa a la primera etapa. El pasado viernes logró apartar del caso de la caja B al juez José Ricardo de Prada, perteneciente al denominado grupo de magistrados progresistas de la Audiencia Nacional. El pleno de la Sala de lo Penal así lo decidió por ocho votos contra siete ante sendos recursos de recusación presentados por el PP y por Luis Bárcenas.

Ambos escritos, prácticamente idénticos y que adivinan cierta cooperación, solicitaban que De Prada fuera apartado del caso porque su presencia conllevaba una “lesión de imparcialidad” dado que el magistrado participó en la sentencia del caso Gürtel relativa a la primera etapa y que se llevó por delante al Gobierno de Mariano Rajoy, moción de censura mediante.

Esta victoria, a buen seguro celebrada por los de Pablo Casado, no es sino un movimiento más cuyo objetivo final es revocar la sentencia Gürtel que condenó al PP como entidad jurídica en calidad de partícipe a título lucrativo. ¿Cómo? Un efecto dominó cuya primera pieza -De Prada- cayó el pasado viernes.

El magistrado progresista ha sido apartado, por lo que el argumento esgrimido por los recursos de Bárcenas y PP, que alegaban que lesionaba la imparcialidad del juicio, ha sido asumido por la Sala de lo Penal. En este sentido, cabe recordar que el PP también recurrió la sentencia Gürtel alegando los mismos motivos. Aunque en dicho recurso fueron más allá y cuestionaron su imparcialidad porque es amigo del juez Baltasar Garzón. Así las cosas, el PP solicitó repetir el juicio Gürtel por la falta de imparcialidad del tribunal (concretamente de De Prada) y ahora ya hay un precedente.

Resulta llamativo que la formación popular cargue contra el tribunal Gürtel cuando, de hecho, fue el presidente del tribunal Gürtel el que ayudó -y de qué manera- a Mariano Rajoy.

Las ayudas al ciudadano Rajoy

Ángel Hurtado, el presidente del Tribunal encargado de juzgar la pieza separada de la trama Gürtel relativa a la primera etapa (1995/2005), no quería citar a Mariano Rajoy -buena muestra de ello es el voto particular que emitió mostrando públicamente su descontento- y se opuso a que el presidente del Gobierno declarase personalmente en la Audiencia Nacional -también emitió un voto particular para pedir su declaración mediante videoconferencia-. Como “obras son amores y no buenas razones”, ha actuado en consecuencia a la posición ya mostrada en sus votos particulares. Hurtado ha torpedeado la sesión declarando “no pertinentes” varias preguntas e incluso exigiendo celeridad tanto a las acusaciones como a los abogados de las defensas a la hora de preguntar. El presidente del Tribunal parecía tener prisa por terminar con el mal rato que ha tenido que pasar el “testigo Rajoy”.

La Constitución Española reza en su artículo 14 que “los españoles son iguales ante la ley”. Sin embargo, parece que en función de según qué cargos hayas ocupado, tienes ciertos privilegios. El por entonces presidente del Gobierno gozó de varias prerrogativas. En primer lugar, por motivos de seguridad, a los manifestantes convocados por Rodea el Congreso (Coordinadora 25S) se les cortó el paso y tuvieron que cantar a Rajoy todo tipo de preciosidades desde la distancia. Francisco Correa, Luis Bárcenas, El Bigotes… ninguno de ellos tuvo ese privilegio y las lindeces las escucharon desde bien cerca.

Rajoy, además, entró por el garaje, eludiendo así a los medios de comunicación, quienes no pudieron retratar su entrada a la Audiencia Nacional. Y a toda esta suerte de privilegios hay que sumarle el lugar que ocupó en la Sala: a la derecha del Tribunal, lo que le ha permitido evitar el plano con el resto de acusados.

Unas prerrogativas de las que no gozó, por ejemplo, la otra “testigo”. Esperanza Aguirre sí que tuvo que entrar por la puerta central de la Audiencia Nacional, pasó el control, entró a la Sala y se sentó en la silla por donde ya habían desfilado Francisco Correa, Luis Bárcenas y compañía. Para diferenciarla de los acusados bastó con colgarla del pecho una “T” de proporciones bíblicas.

Espejel, la recusada presidenta de la Sala de lo Penal

Cabe destacar que la votación de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional decidió aparta a De Prada de la caja B, pero no de la pieza de Boadilla del Monte.

El resultado fue de ocho a siete, es decir, por la mínima. Y una cuestión no menor: ¿Quién preside la Sala de lo Penal?

Nada más y nada menos que Concepción Espejel, la conocida jueza que, junto a Enrique López (hoy consejero de Justicia del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso), ha sido recusada en no pocas veces.

Conoce el perfil completo de Concepción Espejel de la mano de Los Genoveses

Espejel decidió apartarse del juicio por los contratos de la Generalitad Valenciana y al Ayuntamiento de Boadilla del Monte con la trama Gürtel, antes de que lo pidiesen las acusaciones populares.

Un escaso mes antes, López y Espejel, desbordados por la presión, se vieron obligados a aceptar ellos mismos apartarse del caso la pieza de la visita del Papa a Valencia, que forma parte también del grueso del caso Gürtel.

No fue un final de año fácil para la jueza que también en octubre de 2016 tiró la toalla y se abstuvo de formar parte del tribunal que debe juzgar la pieza separada denominada Valencia Orange Market, referida a los negocios de la Gürtel con la Generalitat valenciana para la Feria de Turismo FITUR.

Además de los casos nombrados, tanto López como Espejel han sido recusados en la pieza separada de la Gürtel sobre los contratos en el Ayuntamiento de Jerez, la pieza de los contratos con AENA, así como de las dos piezas principales de la trama, la de la primera época que ya se está juzgando y la de la supuesta caja B del PP y los papeles de Bárcenas.