El presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, ya no puede más. Después de pronunciar un discurso incendiario y anunciar que dimitirá en las próximas semanas si no se renueva el CGPJ que lleva cuatro años en funciones, ha anunciado su futura dimisión. Pero, según ha podido saber ElPlural.com de fuentes de toda solvencia, Lesmes se va a ofrecer como mediador entre PP y PSOE para conseguir un acuerdo de renovación entre ambos partidos.

Una mediación que conoce la parte conservadora tal y como conocían la intención de Lesmes de dimitir si no hay acuerdo. Es más, la intención de promulgarse como mediador se la comunicó a los vocales conservadores ayer, bien vía reunión o por teléfono.

Una noticia que se dijo antes de que estos (los vocales) tuvieran la reunión en la que finalmente decidieron no bloquear el nombramiento de los dos magistrados del Tribunal Constitucional que deben nombrar desde el CGPJ. Una decisión que, sabiendo lo adelantado por Lesmes, tiene ahora más sentido que nunca, cuando varios de esos vocales habían vendido a diversos medios de comunicación un bloqueo total.

Este periódico se ha puesto en contacto con las principales fuerzas políticas, que este miércoles, vendían sus argumentos enconados los unos con los otros. Unas fuerzas políticas puestas en la picota por el discurso más incendiario de Lesmes en los últimos nueve años. Así, las fuentes consultadas explican a este medio que esperan una llamada de Lesmes a partir de este jueves, día en el que los vocales del CGPJ deben reunirse para el primer pleno convocado para la renovación de las dos plazas de magistrado del TC.

Una llamada, que las fuentes de PP y PSOE consultadas tras la apertura del año judicial, acto en el que se apuñalaron mutuamente ante los medios de comunicación en público tanto la ministra de Justicia, Pilar Llop, como el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, esperan con ansia.

La ansia derivada del revuelo generado por las palabras del presidente del CGPJ y su amenaza de dimisión han supuesto algo inédito en la democracia y que pone en el filo de la navaja a las dos grandes formaciones políticas.