Este miércoles, en el barrio de La Inmobiliaria en Torrelavega, una situación inusual perturbó la calma habitual. Una mujer, mientras ordenaba su hogar, se topó con un objeto que nunca esperaría encontrar entre prendas y recuerdos: una granada de fusil anticarro. Este artefacto, de unos 30 centímetros de largo y color naranja, fue descubierto en el interior de un armario.

El proyectil, identificado como una granada de fusil anticarro M-61, fue fabricado por Instalaza a finales del siglo pasado. Afortunadamente, estaba carente de carga explosiva, pero su hallazgo no dejó de ser menos impactante. La granada pertenecía al hermano de la moradora, remontándose a los días en que él realizó su servicio militar.

Tras el hallazgo, la situación requirió una respuesta inmediata. Los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX-NRBQ) de la Jefatura Superior de Cantabria fueron alertados y acudieron al lugar. Estos especialistas, tras una evaluación minuciosa, confirmaron la naturaleza y características del artefacto. El protocolo de seguridad se activó sin demora, estableciendo un perímetro de seguridad para proteger a los residentes y transeúntes.

Intervención de los TEDAX para asegurar el área

La colaboración fue clave. Agentes del Grupo de Atención al Ciudadano, comisionados por el CIMACC-091, jugaron un papel fundamental desde el primer momento. Ellos fueron los primeros en responder al llamado de la moradora y en verificar la presencia del explosivo.

La operación no solo se centró en la retirada segura del artefacto, sino que también incluyó una inspección detallada de otras estancias del domicilio. El objetivo era claro: descartar la presencia de más objetos potencialmente peligrosos. Afortunadamente, no se encontraron más artefactos, y la granada fue trasladada en estrictas condiciones de seguridad para su examen en dependencias policiales.

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