El Tribunal Supremo ha ratificado la condena a tres años y medio de cárcel para un hombre que abusó sexualmente de su hijo cuando el niño tenía entre cuatro y siete años, en Lora del Río (Sevilla), entre los años 2009 y 2012. La denuncia fue interpuesta por la madre en 2013 y desde entonces ha vivido un calvario judicial, en el que ha habido desinterés e irregularidades por parte de la Justicia y de instituciones públicas que han retrasado ocho años la solución al caso, a pesar de la confesión del menor y de los daños psicológicos graves que le han provocado los hechos. A pesar de la gravedad de los hechos, el teniente de alcalde de la localidad, en un gesto sorprendente, pidió, en un documento con membrete oficial del Consistorio el indulto para el pederasta, que trabaja en el Ayuntamiento.

El padre le decía que era "un juego secreto"

Los hechos se remontan a 2009, cuando el niño tenía cuatro años y el padre abusaba de él diciéndole que se trataba de "un juego secreto" y que "no debía contar nada" a otras personas. Le prometía regalos y recompensas e, incluso, amenazó con tirarle los juguetes, si revelaba lo ocurrido.

El hombre abusaba de su hijo pequeño en el domicilio familiar y tras la separación del matrimonio, en 2011, las agresiones sexuales continuaron en la vivienda del padre, que tocaba los órganos sexuales del menor, “a veces por encima de la ropa y otras, especialmente cuando lo bañaba, sin ropa alguna”. También le practicaba maniobras sexuales cuando estaba dormido y le tocaba el pene y las nalgas. El niñollegó a padecer una infección de la piel que puede ser contagiada por transmisión sexual

“Consiguió en no pocas ocasiones no sólo que el menor bajara su ropa mostrando sus genitales, sino también tocárselos, besarlos y acariciarlos con gestos claramente masturbatorios”, según explica con claridad la sentencia de la Audiencia de Sevilla, que ha sido confirmada ahora por el Tribunal Supremo, y que adelanta el Diario de Sevilla. Evidentemente, el niño no era consciente del significado de los comportamientos de carácter sexual del padre y creía que se trataba de "cosquillas.

La psicóloga comprobó graves daños psicológicos en el menor

La sentencia de la Audiencia de Sevilla recoge que las acciones del padre provocaron "en el menor una serie de conductas sexualizadas que extrañaron a la madre”, por lo que ésta llevó al niño a un psiquiatra, que apreció “conductas disruptivas” y recomendó tratamiento psicológico. La madre llevó a su hijo a una psicóloga, que, “tras no pocas sesiones, acabó verbalizando las conductas que su padre realizaba con él”.

El niño presentaba trastorno por estrés postraumático crónico y un trastorno disocial. Para la condena se tuvo en cuenta el testimonio del menor, que los jueces califican de “coherente, completo y del todo verosímil”, así como los informes de los profesionales que lo atendieron y también el de la madre, que “impresionó al tribunal como sincera y honesta".

Con el paso de los años, el niño truvo dificultades para relacionarse con sus compañeros en el colegio, presentaba un desajuste emocional profundo y estaba destrozado. Llegó, incluso, a necesitar que se activara un protocolo de acoso en la escuela. Un trámite para el que hacía falta la firma del padre. Una situación que su madre y su pareja han descrito como "kafkiana".

Un concejal del PP pidió el indulto para el pederasta

El condenado tendría que haber entrado en prisión el próximo 8 de junio, pero su defensa presentó un recurso de súplica para suspender la entrada en la cárcel. Lo más sorprendente es que otras personas de la localidad, incluido el que fuera teniente de alcalde del Ayuntamiento, Álvaro Aranda, del PP,  llegó a firmar a favor del indulto emitiendo un documento con membrete oficial del Consistorio. El político fue destituido después por su partido.

El concejal ha defendido que el pederasta “es una magnífica persona y un gran trabajador”, que encarga de cuidar de sus padres enfermos y que “su ingreso en prisión quebraría de manera irreversible su proyecto personal, familiar y profesional”, según declaraciones recogidas por el citado diario.

La defensa del hombre ha presentado un escrito en el que se incluyen las peticiones de indulto por parte de la peña sevillista Miguel Herrea Marzo, la asociación cultural Centro Andaluz de Lora del Río y de varios ciudadanos a título particular. Todos ellos alegan que han pasado más de ocho años desde los hechos y que “la extensión del castigo resulta en la actualidad excesiva y desproporcionada".

La madre ha vivido un calvario judicial desde que denunció en junio de 2013 en el juzgado de guardia de Sevilla, al que ya presentó el informe de la psicóloga. Profesionales del Equipo de Evaluación e Investigación de Casos de Abuso Sexual (Eicas) confirmaron el diagnóstico. Por recomendación de estos, la mujer suspendiço el régimen de visitas y su exmarido la denunció. Su abogado pidió amparo al juez de Instrucción 4 de Sevilla Francisco de Asís Molina, pero éste se inhibió al entender que no era un asunto de su competencia y envió el caso a los juzgados de Lora del Río. Debió esperar siete meses para una orden de alejamiento.

Acusada de secuestro parental

En marzo de 2014 la madre tuvo que ir a juicio acusada por su exmarido de secuestro parental del menor. Salió absuelta. La Asociación Andaluza para la Defensa de la Infancia y la prevención del Maltrato Infantil (Adima) exploró al menor y éste verbalizó todos los abusos a los que fue sometido por su padre. La conversación quedó grabada.

Errores judiciales y desinterés de las instituciones

El abogado de la madre pidió en 2017 quince años de cárcel para el padre, diez por un delito continuado de abusos sexuales y cinco por lesiones. Cinco meses después, la Fiscalía redujo la pena a tres años de cárcel, cinco de alejamiento y limitación de la patria potestad durante seis años. Pero no incluyó la agravante de parentesco

El Juzgado de Lora tardó otros siete meses en transferir el caso, pero lo hizo, de manera errónea ,a un juzgado de lo Penal cuando, por las penas que se solicitaban, debía ser enjuiciado por la Audiencia de Sevilla. El juez de lo Penal número 3 de Sevilla devolció el caso a Lora al entender que no le correspondía a él el enjuiciamiento, en abril de 2018. Y ahí el caso se estancó.

La madre recurrió al Defensor del Pueblo Andaluz y al Español, que no le apoyaron alegando que había un proceso judicial abierto. Y lo mismo el Defensor del Pueblo Europeo, que respondió que no era su competencia.Lo mismo el Poder Judicial.

El via crucis judicial de la madre concluyó, finalmente, en la Audiencia de Sevilla, que condenó al hombre en una sentencia ratificada ahora por el Tribunal Supremo.