En un tiempo récord, Juan Carlos I se ha ido de España empujado por distintos escándalos. Algunos medios lo sitúan ya en las caribeñas playas de República Dominicana ajeno al revuelo de Madrid. Pero más cerca y más ajena aún se encuentra su aún esposa. La noticia ha pillado a la reina emérita en el Palacio de Marivent de Mallorca.

Con un distanciamiento que se convierte ya en oficial, Sofía mantiene sus costumbres veraniegas por las islas Baleares junto a la infanta Elena y a su hermana, Irene de Grecia. Aunque, a diferencia de otros años, no se ha mostrado en público al inicio de sus vacaciones, previsiblemente lo hará a partir del viernes, en cuanto se les una Felipe VI.

Lo cierto es que, a excepción de la ausencia de Juan Carlos, la tranquila vida de la reina emérita seguirá como siempre. Continuará viviendo en el palacio de la Zarzuela, conservará el título de emérita que adquirió con la abdicación de su marido, el rey Felipe VI le mantiene su paga de 109.269 euros anuales, retirada a su padre desde marzo de 2020, y Sofía mantiene también su agenda pública como hasta ahora.

Parece que a la reina no le costará demasiado acostumbrarse a su particular nueva normalidad, ahora sin las preocupaciones de su marido.