La gimnasta estadounidense Simone Biles ha confesado que debería "haber renunciado mucho antes" a los Juegos Olímpicos de Tokio por sus problemas de salud mental.

La campeona olímpica en los Juegos de Río de Janeiro (Brasil, 2016) y campeona mundial en gimnasia rítimica ha desvelado en una entrevista a la revista New York Magazine que no quiso que la mediatización del escándalo de abusos sexuales de su exentrenador Larry Nassar le afectase en su competición, por lo que se presionó a seguir. "Cuando Nassar estaba en los medios, era demasiado. Pero no iba a dejar que se llevara algo por lo que había trabajado desde que tenía 6 años. No iba a dejar que me quitara esa alegría. Así que empujé más allá de lo que pude, durante el tiempo que mi mente y mi cuerpo me lo permitían", argumentaba.

Biles, que denunció a Lassar en 2018 junto a otras compañeras, tuvo que declarar en el juicio celebrado a mediados de septiembre, donde condenó la actitud de las fuerzas y autoridades que no actuaron en su momento: "Echo la culpa a Larry Nassar y también echo la culpa a todo el sistema que permitió y perpetró ese abuso. USA Gymnastics y el Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense sabían que estaba sufriendo abusos por parte del médico oficial del equipo", sostuvo.

"Lo debería haber dejado mucho antes de Tokio"

Asimismo, Biles recapituló toda su experiencia en Tokio y cómo se encuentra actualmente al respecto: "Si miras todo lo que he pasado durante los últimos siete años, nunca debería haber formado parte de otro equipo olímpico. Lo debería haber dejado mucho antes de Tokio", se preguntaba. Cuando aterrizó en Japón se dio cuenta de que no quería estar en un podio, sino que quería "volver a casa", asegurando así que se puso cada vez más nerviosa y que perdió momentáneamente su seguridad.

De esta manera, la campeona olímpica compara su incapacidad mental para seguir en los Juegos con una pérdida de visión: "Una mañana te levantas y no ves una mierda, pero la gente te dice que sigas y hagas tu trabajo diario como si todavía tuvieras visión. Estarías perdido, ¿no? Llevo 18 años haciendo gimnasia. Me desperté y lo había perdido. ¿Cómo se supone que voy a seguir con mi día?", reflexionaba.

Estos problemas, asegura, "probablemente" puedan durarle "durante 20 años""No importa cuánto intento olvidar. Es un trabajo continuo", añadía en la entrevista. Además, el peso que llevaba sobre sus hombros por la presión de su propia carrera y la exposición mundial, hizo que su situación se tambalease aún más: "Es básicamente de vida o muerte. Es un milagro que aterrizara de pie. Si fuera cualquier otra persona, habría salido en camilla. Tan pronto como aterricé, fui y le dije a mi entrenador: 'No puedo continuar", recordaba para la revista.