El Mundial de Qatar está siendo objeto de críticas por el lugar de celebración, ya que el país atenta contra los derechos humanos, especialmente de las mujeres y las personas homosexuales, así como las condiciones a las que se han visto expuestas las personas que han trabajado en la construcción de los estadios, aunque no ha sido la única Copa del Mundo polémica, tal y como ha explicado en otras ocasiones ElPlural.com.
Sin embargo, el torneo más importante de selecciones ha albergado también momentos que pasarán a la historia desde el punto de vista futbolístico por lo que han dado de qué hablar. El actual campeonato ya ha dejado algunos, como el segundo gol de Japón a España (quien juega este martes contra Marruecos) o los posibles penaltis no pitados a Urguay en el último partido de fase de grupos. Pero ha habido otros mucho más sonados. A continuación, se muestran algunos de ellos más allá de La Mano de Dios de Diego Armando Maradona en México 86.
Los goles fantasmas de Inglaterra a Alemania
Lo cierto es que el equipo de los tres leones ha sido protagonista en varias de las imágenes famosas del campeonato, sobre todo en lo que a goles fantasma se refiere. Se trata de un tema que ya no va a dar de qué hablar en bares ni oficinas porque la tecnología actual del VAR y el reloj que los árbitros tienen en cada partido permite al colegiado ver en seguida si el balón ha traspasado o no la línea de la portería.
Pero antaño (y hasta hace bien poco) no era así. Prueba de ello son los tantos anotados por el país británico hasta en dos ocasiones. La primera de ellas fue la final del mundial 66. Aquel partido entre ingleses y alemanes llegó a la prórroga con empate a dos en el marcador, y fue precisamente el tanto no tanto de Hurst, quien golpeó con fuerza un balón que rebotó en el larguero y salió repelido sin botar dentro. A pesar de las aireadas quejas de los alemanes, el árbitro dio el gol y, con ello, el primer y único título mundial a Inglaterra.
Algo similar ocurrió en el mundial de Sudáfrica, del que España guarda un buen recuerdo. Ocurrió en el un encuentro que enfrentó a las mismas selecciones con un disparo de Frank Lampard. En esta ocasión, la balanza se decantó del lado germano, ya que el balón había traspasado claramente la línea, tal y como demostrarían las imágenes después; pero el árbitro nunca lo vio así.
La eliminación de España en 2002
España sufrió uno de los mayores robos de la historia del fútbol en el mundial de Corea y Japón de 2002. En aquel enfrentamiento, que La Roja disputó contra Corea del Sur, los momentos más sonados fueron un gol anulado al mediocentro Rubén Baraja por una presunta falta previa que nunca existió, Con empate en el marcador, el segundo error garrafal llegó en la prórroga. Fernando Morientes cabeceó a placer un centro del todavía jugador del Betis y entonces debutante, Joaquín; que no subió al marcador porque el balón había salido supuestamente por línea de fondo.
Todo ello se suma a las continuas faltas no señaladas por el colegiado del encuentro, Gamal al Ghandour, quien dejó de arbitrar después de dirigir partido en el Mundial de Francia 98 y la Eurocopa de 2000. La España de José Antonio Camacho se quedó a las puertas de disputar su primera semifinal mundialista al caer eliminada en los penaltis.
Más de Maradona
No solo la mano de Dios ha sido testigo del carácter que la estrella argentina demostraba tanto dentro como fuera del campo. Hay varios momentos dentro de los torneos que podrían dar buena cuenta de ello, siendo uno de ellos el del Mundial de 1994. En aquella ocasión, el considerado por muchos el mejor jugador del mundo dejó de participar en el segundo partido, instantes después de haber dado positivo en una prueba antidopaje. Maradona alegó que “había corrido diez kilómetros” después del partido. “Me cortan las piernas, me dan por la cabeza en un momento donde uno tiene la posibilidad de resurgir”.
Los problemas con las sustancias estupefacientes quedan también patentes en El Pelusa no jugador. El último ejemplo que se tiene de ello es un Nigeria-Argentina en el mundial de Rusia 2018. Las imágenes de un Maradona endiosado desde la grada hablan por sí solas.
El escupitajo de Rijkaard
El que fuera jugador del F.C. Barcelona y técnico del club de la ciudad condal fue uno de los mejores también de la selección holandesa. Sin embargo, todo buen escritor tiene un borrón, el más recordado de Rijkaard fue su escupitajo al futbolista alemán Rudi Völler en los octavos de final de Italia 1990. No solo en el césped, ambos mantuvieron sus más y sus menos de camino a los vestuarios llegándose a producir incluso un segundo escupitajo.
El mordisco de Suárez
El delantero charrúa es uno de los mejores de la historia y, por qué no decirlo, para muchos el más destacado de Uruguay. Sin embargo, repitiendo algo que ya hizo en liga con el Liverpool, realizó un gesto que pasará a la historia de los mundiales: mordió al italiano Giorgio Chiellini en 2014. La instantánea sigue siendo recordada por todos los que vieron aquel mundial. En lo personal, la FIFA sancionó a Suárez con cuatro partidos.
Patadas y cabezazos en las finales
La final de un mundial siempre es un momento de máxima tensión. Así lo demuestran algunas acciones. España, de hecho, tiene una marcada a fuego; se trata de la patada de la final de Johannesburgo de De Jong a Xabi Alonso. El jugador holandés no vio la roja pese a lo duro de la entrada, aunque nuestra selección no tuvo que lamentarlo más allá del mal rato del centrocampista, pues bordó su primera estrella.
Pero antes, en 2006, Zidane había dejado otra escena que sería lo más comentado de aquella final contra Italia, que el país con capital en Roma ganaría en la tanda de penaltis. Cuando no había pasado mucho tiempo de partido, el después técnico del Real Madrid dio un cabezazo a Materazzi, quien habría provocado el francés.
Ronaldo y la presión de los focos
Si alguien tiene DAZN, durante las semanas que dura el mundial no hay jornada de liga, pero se pueden ver documentales como El fenónemo. En él, se relata la trayectoria de Ronaldo Nazario en los mundiales del 98 y de 2002. Lo más interesante de la película es la presión a la que se ven expuesto en ocasiones quienes están frente a los focos y las consecuencias que esto puede tener.
El momento más claro de esto es la final de Francia 98, con un Ronaldo duda hasta el último momento tras haber sufrido un desfallecimiento en la habitación del hotel. Él mismo dice que sus compañeros no salieron a ese partido pensando solo en el encuentro y se echa parte de culpa, pero quien peor se lo tomó fue el país, que comenzó a construir todo tipo de hipótesis sobre la figura del astro. La canarinha volvió en 2002 y por aquel entonces sí levantó el trofeo.
