El cuerpo humano produce más de un litro de saliva cada día, un fluido necesario para preservar nuestra salud, combatiendo las bacterias y microorganismos que se encuentran en la cavidad bucal, pero además resulta imprescindible en el proceso de masticación y deglución de los alimentos o el habla. Es también una sustancia cicatrizante. Cualquier alteración en la producción de saliva tiene consecuencias directas sobre nuestra salud. En la mayor parte de los casos, estas disfunciones están provocadas por la obstrucción de las glándulas salivales (sialoadenitis obstructiva). Cuando el problema se cronifica, en la mayoría de los hospitales, la única solución que se ofrece es la extirpación total o parcial de las mismas. Sin embargo, existe una técnica mínimamente invasiva que puede evitarlo: la sialoendoscopia.

¿Qué es la sialoendoscopia?

“La sialoendoscopia es una técnica quirúrgica endoscópica, totalmente novedosa. Resulta fundamental para tratar la sialoadenitis obstructiva crónica, que consiste en la inflamación recurrente de las glándulas salivales derivada de la obstrucción de la salida de la saliva", nos explica el Dr. Sánchez Barrueco, especialista del servicio de Otorrinolaringología de los hospitales General de Villalba (Collado Villalba) e Infanta Elena (Valdemoro), integrados en la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid.

Estos dos hospitales, junto a la Fundación Jiménez Díaz (FJD), también integrada en red pública madrileña, llevan aplicando este procedimiento quirúrgico desde hace más de diez años. Los tres, junto al Hospital Universitario Donostia y la Policlínica Gipuzkoa de Quirónsalud, han editado el primer y único tratado en castellano sobre esta pionera técnica. La publicación está avalada por la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), y recoge los métodos de diagnóstico y técnicas endoscópicas más avanzadas para tratar la obstrucción crónica de las glándulas salivales.

Cirugía mínimamente invasiva frente a la extirpación

La estrategia para resolver esta patología en la mayoría de los hospitales, que no disponen de sialoendoscopia, supone la extirpación de las glándulas afectadas. Sin embargo, la sialoendoscopia apuesta por una cirugía mínimamente invasiva, que normalmente no requiere hospitalización, con un postoperatorio menos doloroso y una rápida recuperación. Consiste en la introducción de una cámara (endoscopio) a través del agujero natural del conducto salival afectado. Puede hacerse con anestesia local o general, adaptándose a las necesidades de cada paciente.

Sin la disponibilidad de este procedimiento quirúrgico, "el paciente corre el riesgo de ser abocado a la extirpación de la glándula salival como única posibilidad de tratamiento", advierte el Dr. Carlos Cenjor Español, jefe del Servicio de Otorrinolaringología de la FJD. Al ser una cirugía poco invasiva, el postoperatorio es menos doloroso y la recuperación más rápida.

Síntomas y causas de la obstrucción crónica de las glándulas salivales

La obstrucción crónica de las glándulas salivales, además de las molestias correspondientes, disminuye la calidad de vida del paciente y puede generar infecciones o abscesos cérvico-faciales, con importante peligro vital. La saliva tiene un alto contenido en minerales por lo que pueden formarse piedras que bloqueen el correcto drenaje de la glándula. En otras ocasiones pueden darse estrecheces del conducto (estenosis) con o sin relación previa a infecciones bacterianas de gérmenes de la boca.

Sea cual sea su causa, esta patología puede generar un hormigueo, dolor o inflamación de las glándulas al comer e incluso cuando se piensa en comida. Suele verse agravado con alimentos que generan mucha salivación como encurtidos, limón o vinagre. Otros síntomas son sequedad en la boca y, en los casos más agudos puede producir fiebre. 

Si sufrimos un episodio de este tipo debe consultarse siempre con el médico, incluso en los casos en los que el problema desaparece. Se trata de una afección infradiagnosticada que lleva a que muchos pacientes ni siquiera la conozcan y sufran los síntomas durante años, sin plantearse una solución. Además, la inflamación lleva a mucho pacientes a acudir a urgencia, llegando a afectar a una de cada 10.000 personas. Sin embargo, se sospecha que estos datos solo incluyan casos con una complicación asociada; por lo que se sospecha que el número de pacientes afectados tienen una prevalencia mayor.

Por ello es necesario que tanto los pacientes como los facultativos conozcan esta patología, cuyo tratamiento precoz conlleva la recuperación de la funcional de la glándula salival y la evitación de complicaciones que pueden ser graves. Es fundamental que los pacientes sean tratados por unidades específicas de patología de glándula salival, donde analizar cada caso y plantear soluciones específicas.