El nombre de Jesús Sánchez Martos, el consejero de Sanidad de Cristina Cifuentes, de la Comunidad de Madrid, está en boca de todos en estos últimos días. Quizás, más de lo que le gustaría.

Y es que, su nombre está siendo pronunciado para rodearse de críticas y llamadas de atención. Tras recomendar a los niños que fabricasen “abanicos de papel” para pasar la ola de calor en las aulas, Martos ha sido señalado por COGAM por poner trabas en la llegada de las subvenciones para que esta y otras asociaciones puedan seguir luchando en la prevención contra el VIH. Nada menor.

Martos ha recibido el dudoso honor de ser galardonado con el premio Ladrillo Rosa de COGAM. Y es que, el Colectivo LGTB de Madrid considera que la Consejería de Sanidad no está haciendo todo lo posible por facilitarles el trabajo, que hacen oídos sordos a sus peticiones y, con ello, “ponen en peligro la vida de miles de personas” que viven con el VIH o que podrían contraer la enfermedad al faltar programas de prevención.

“Estamos viviendo muchísimos retrasos en las llegadas de las subvenciones para los tratamientos, atención y la prevención del VIH. Ya en 2014 no salió, la subvención o salió mal. En 2015 y 2016 prometieron que iban a convocar juntas para ello y no se convocaron y en este 2017, estamos en junio y todavía no han salido las subvenciones”, ha explicado el presidente de COGAM, Jesús M. Grande a ELPLURAL.COM.

Por esto y porque aunque han pedido en varias ocasiones (siempre sin respuesta) reunirse para pedir explicaciones e intentar encontrar una salida, Martos se lleva el Ladrillo Rosa. “Una llamada de atención”, asegura Jesús, que debería llevar a la reflexión y a la acción porque no hay que olvidar que la Comunidad de Madrid lidera la lista de comunidades con más personas infectadas por VIH.

“Hay buena relación con la consejería de Sanidad y por eso no sabemos cuál es el motivo que explique por qué no se ha producido esta reunión”, ha añadido el presidente de COGAM.

Una lucha que depende de las subvenciones

Pero COGAM no es la única asociación que sigue esperando como agua de mayo que llegue ese dinero público que ayude a continuar con su trabajo. Otras no tienen un colchón de socios lo suficientemente importante para sobrevivir. De hecho, algunas están pasando apuros como Hetaira, que trabaja por los derechos de las mujeres prostitutas y se plantean empezar a compartir oficinas con COGAM, o colectivo San Blás, que incluso ha tenido que cerrar unos meses al no poder seguir sin las ayudas.

Y su trabajo es más que importante, es vital para los miles de infectados por VIH y para los que podrían contraer la enfermedad en un futuro.

En España, entre 130.000 y 160.000 personas viven VIH y se han dado 85.720 casos de Sida. Aunque es cierto que los casos por esta enfermedad se han reducido en las últimas dos décadas por los antirretrovirales, también lo es que en los últimos años se está viviendo un repunte. Por ello, “la prevención es imprescindible”.

Martos no recogió el premio

En un principio, el consejero de Sanidad confirmó su presencia en la gala de entrega de los Premios Triángulo de COGAM, pero al final no estuvo presente.

En realidad, se entregaron dos ladrillos rosas. Uno a Chechenia por perseguir y criminalizar la homosexualidad, un país donde se está produciendo una auténtica caza de brujas contra el colectivo LGTBI y con un gran número de asesinatos. El otro, a Martos “por la ausencia de respuesta efectiva al VIH”.

Y es que el consejero llegó a entender “que se estaba haciendo un agravio comparativo entre los dos casos”, ha explicado el presidente de COGAM. “Creo que debería haber ido a recoger el premio porque era más una llamada de atención” ante un problema muy grave. “Son dos ladrillos que nada tienen que ver”.