Contra todo pronóstico, y después de dejar por el camino a potencias como Italia, Serbia o Australia, la selección española se ha coronado campeona del mundo en China en una final en la que han arrasado a Argentina (75-95). De esta manera, España consigue el segundo oro, después de que en 2006 en Japón hicieran lo mismo. 

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Un triunfo en el que mucho ha tenido que ver Ricard Rubio Vives. El base español ha acaparado todos los premios individuales (MVP del torneo, MVP de la final y en el mejor quinteto junto a Marc Gasol, el serbio Bogdan Bogdanovic, el francés Evan Fournier y el argentino Luis Scola) y ha liderado a la perfección al combinado nacional, tanto en ataque como en defensa, donde ha rayado la perfección. 

El caso de Rubio es el de uno de esos niños prodigios que nacen cada mucho tiempo y que irrumpen en nuestras vidas de una manera especial. El ahora jugador de los Phoenix Suns debutó en la Liga ACB con 14 años, 11 meses y 24 días (casi nada), y pese a no ser convocado para el Mundial de Japón, su nombre empezaba a sonar cada vez más y más fuerte. 

Tras un par de años en el DKV Joventut, fichó por el Barcelona, aumentando de esta manera el hype. Y después de varias temporadas en la Ciudad Condal, emprendió el salto a la NBA y en el año 2011 debutó en los Minnesota Timberwolves -le habían drafteado en el quinto lugar dos años antes-. Sin embargo, en Estados Unidos y rodeado de los mejores jugadores del planeta, su proyección empezó a estancarse, las lesiones hicieron acto de presencia, y las críticas empezaron a dispararse. 

Y en medio de esta crisis de juego, llegó la muerte de su madre en el año 2016, a consecuencia de un cáncer de pulmón que arrastraba desde el año 2012. "Me llegué a plantear dejar el baloncesto, no tengo reparos en decirlo. Imagine lo que es estar hablando con tu madre y que te tenga que colgar por lo mal que se encuentra. ¿Qué haces entonces a 10.000 kilómetros? ¿Qué importa entonces el baloncesto? Seguí en Minnesota porque ella me lo pidió, decía que esa era la única forma que tenía yo de luchar por ella. Muchas veces no quería ir a jugar, lo hacía por ella", manifestó Rubio en una entrevista para 'La Vanguardia'. 

Pero el base español siguió jugando, y tras seis temporadas en Minnesota, en junio de 2017 fue traspasado a los Utah Jazz, donde encontró su mejor versión y las victorias empezaron a llegar. Rubio se encontró con su mejor versión, y se armó de confianza para liderar a España en esta cita mundialista, que le ha encumbrado, más de 13 años después de su irrupción, como uno de los mejores jugadores del planeta. El niño ya se había hecho un hombre.

Especialmente celebrado en las redes sociales

El MVP de Ricky también ha sido especialmente celebrado en las redes sociales. Su nombre ha sido tendencia durante todo el día en Twitter, y miles de usuarios, sabedores de todo lo que ha pasado el catalán, han aprovechado este premio para felicitar al jugador español por el torneo realizado.