“España siempre hace lo mismo. A mí no me engañáis”, dijo el entrenador de Serbia, Sasha Djordjevic, poco antes de enfrentarse a la selección española en el Mundial de China. Y qué razón tenía el serbio, que tuvo que venir a recordarnos que estos jugadores se han ganado con sangre y sudor todo el crédito del mundo, y que lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba. Y España ha finalizado esta cita mundialista arrollando a Argentina y coronándose campeona del mundo de baloncesto. 13 años después de que hiciera lo mismo en Japón, ya sin Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o José Manuel Calderón, pero con un elenco de jugadores liderados por Marc Gasol (14 puntos, 7 rebotes, 7 asistencias, campeón del mundo y de la NBA en una misma temporada, que se dice pronto) y Ricky Rubio (20 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias MVP más que merecido del campeonato) que comparten el mismo gen ganador. 

Una victoria que se ha labrado a base de una auténtica oda a la defensa. Durante prácticamente los 40 minutos del partido, los jugadores españoles han sido una tortura constante para los argentinos, con Pierre Oriola (6+7) como mejor ejemplo. Sergio Scariolo, al igual que hizo contra Serbia, volvió a apostar por el jugador del Barcelona como acompañante de Marc en la pareja de interiores españoles. Una decisión con un objetivo claro: frenar a un rejuvenecido Luis Scola que a sus 39 años se presentaba a la cita después de realizar un torneo extraordinario y como candidato al MVP. ¡Y cómo le salió la jugada al técnico italiano! El exjugador de los Houston Rockets anotó su primera canasta en juego a falta de cinco minutos para la conclusión del partido y acabó con únicamente ocho puntos.

España, llena de moral después de la agónica victoria tras dos prórrogas frente a Australia en las semifinales, empezaba el encuentro con toda una declaración de intenciones. Un 2-14 al que Argentina respondió con un parcial de 11-0 liderados por un gran Nicolás Brussino. Pero la maquinaria española no paraba, y acaba el primer cuarto con nueve de ventaja (14-23), después de unos minutos excelsos de hombres secundarios como Willy Hernangómez (11 puntos), Pau Ribas (5), el propio Oriola y de un excelso Rudy Fernández (¡qué Mundial en ambas partes de la cancha del escolta del Real Madrid!)

En el segundo cuarto, los hombres de Sergio Hernández subieron varios puntos su nivel en defensa, y empezó a aparecer Facundo Campazzo (11), bien secundado por Gabriel Deck y Nicolás Laprovittola. Pero España seguía rayando la perfección en defensa, y dominando los rebotes en ambos aros, lograba irse al descanso con 12 de ventaja (31-43).

Tras la vuelta de vestuarios, la sociedad Ricky-Marc (ambos en el mejor quinteto del Mundial, junto a Bogdanovic, Fournier y Scola) volvía a causar estragos en la defensa rival y la ventaja no hacía más que aumentar. Mientras tanto, Argentina seguía buscando desesperadamente a un Scola secado en esta ocasión por Víctor Claver, y se mantenía en el partido como buenamente podía con acciones individuales. De esta manera, llegábamos a los últimos diez minutos con España rozando el oro (47-66).

El último cuarto empezó con un arranque de amor propio de los jugadores argentinos, que redujeron la distancia a 12 puntos (58-70) gracias a Laprovittola (17) y Deck (24), partidazo de este último que hizo de Scola. Pero cada vez que los hombres de Sergio Hernández intentaban meterse en el partido, llegaba un jarro de agua fría en forma de triples, tanto de Sergio Llull como de Juancho Hernangómez, como de tapones e intimidaciones de Marc.

Entonces Argentina decidió ir a pecho descubierto, y proponer una defensa a toda pista. Sin embargo, los jugadores españoles, expertos en moverse en el alambre, supieron aguantar la presión y a falta de dos minutos, el técnico argentino decidió, después de un triple de Ricky, izar la bandera blanca y retiró a sus mejores hombres. Momento que Scariolo aprovechó para dar entrada a Quino Colom, Javi Beirán y Xavi Rabaseda, hombres que no han tenido protagonismo en esta cita, pero cuyas actuaciones durante las Ventanas han hecho posible que España consiguiera alzarse como campeona del mundo (75-95). El 15 de septiembre de 2019 ya forma parte de la historia del deporte español.