“Aún queda mucho para alcanzar la igualdad”, es la máxima que repiten las trabajadores rurales este 15 de octubre, Día Internacional de las Mujeres Rurales. Esta fecha, declarada por Naciones Unidas en 2007, tiene como objetivo reconocer el papel tan decisivo que desarrollan las mujeres en las labores agrícolas, ganaderas y en el procesamiento, la preparación y la distribución de cultivos y alimentos. Sin embargo, se trata de una meta que aún parece algo lejana.

Así lo detalla Alba, que tiene a su cargo una fábrica de quesos en Santa Marta de los Barros (Badajoz). Sus palabras para ElPlural.com evidencian esta lacra, que tiene que ver también con la desigualdad de condiciones laborales y la brecha salarial entre hombres y mujeres: “Todavía queda mucho camino por recorrer. Todavía no hay igualdad, los salarios no son los mismos… un hombre gana más que una mujer”, lamenta.

Otro de los aspectos que preocupa, como en cualquier otro sector, es el que tiene que ver con los efectos que ha dejado la pandemia del coronavirus en cuanto a trabajo se refiere. Sin embargo, hay algunas profesiones en las que estos han golpeado con más fuerza, mientras que en otras lo han hecho con menos o, incluso, han favorecido al mercado.

El de Alba es este segundo caso, uno de los pocos. La empresaria relata que el confinamiento le favoreció, ya que sus productos fueron de los más demandados dentro y fuera de la localidad. En ese sentido, sostiene, pudo trabajar “sin problema” al tratarse de una actividad imprescindible. “El primer mes fue un poco locura, pero después se estabilizó todo y en mi caso particular he vendido más de lo habitual”, relata.

“Además, los clientes que venían de Madrid u otras partes de España me han hecho los pedidos por paquetería, por el pueblo también he podido salir a vender…”, desliza. Sin embargo, reconoce que no todas las personas que trabajan en este sector han tenido la misma suerte. “Las personas que trabajan en el campo con los animales y demás sí que lo han pasado peor”.

"No valoran nuestro trabajo"

Verónica es ganadera en Navalmoral de la Sierra (Ávila). A ella el coronavirus sí le ha afectado desfavorablemente. "Yo sí lo he notado bastante, con los restaurantes cerrados la carne no salía y no la vendíamos". En cuanto a desigualdad se refiere, esta trabajadora castellano leonesa mantiene que se trata de un sector en que "todos están mal", pero las mujeres "seguramente" peor: "No creo que haya igualdad plena. Todos en los sueldos rurales estamos fatal, no valoran nuestro trabajo... A mí por ejemplo me están pagando los cabritos como hace treinta y pico años o cuarenta", lamenta.

Estas declaraciones se ven reforzados por el informe que cada 15 de octubre publica Comisiones Obreras (CCOO) y que se refiere, precisamente, a la situación que atraviesan las trabajadoras rurales. Según el estudio del año pasado, cuando la pandemia se encontraba en pleno auge, la ocupación laboral en el sector agrario se situaba en un 6,4% en el caso de los hombres y en un 4,4% en el de las mujeres. Además, del total de personas que perdieron el trabajo en los meses precederos a octubre, un 33% fueron mujeres.

Pero si se atiende a la situación a largo plazo, esta resulta aún menos esperanzadora. En doce años -entre 2008 y 2020- la pérdida de trabajo había afectado a unas 75.000 personas, de las cuales casi el 80% eran mujeres. El problema reside también, como se aprecia en los gráficos del sindicato, en lo que a trabajo temporal se refiere.

Datos Agro 1  
Datos 3

Sindicatos y trabajadores y trabajadoras rurales pelean año tras año para que la igualdad entre hombres y mujeres sea total en el sector y que este deje de ser tan precario. Cada 15 de octubre CCOO y las empleadas reclaman  "que se visibilice y se ponga en valor el trabajo de las mujeres en la actividad agraria", así como  "unas relaciones laborales normalizadas" y una mayor contratación de mujeres en un sector que se reconoce, aunque no siempre puede mostrarse, fundamental.