Hay novedades en el caso de la mujer acusada de decapitar a su pareja en Castro Urdiales (Cantabria). Tal y como ha adelantado El Periódico, la Guardia Civil ha podido saber que Carmen Merino buscó en Internet cómo desatascar una motosierra tras la desaparición de Jesús Mari Baranda.

Asimismo, Merino compró en esas fechas dos sierras eléctricas de 16 y 32 centímetros de hoja, las cuales todavían no han sido encontradas. Las autoridades investigan si esas herramientas fueran usadas para desmembrar el cuerpo de Baranda. Ante la dificultad de llevar a cabo su misión, la mujer trató de buscar soluciones en Google.

Repartió croquetas a sus vecinas

Tal y como ha explicó el periodista de El Programa de AR enviado a Castro Urdiales, a raíz de la desaparición de Jesús, a Carmen le dio por repartir croquetas entre las vecinas: "A partir de febrero, marzo, se comenta en Castro Urdiales que le dio bastante por repartir entre sus compañeras de baile de la Casa de Andalucía de Castro Urdiales".

En prisión desde septiembre

El pasado 5 de mayo, el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Castro Urdiales volvió a prorrogar, por séptima vez, el secreto de las actuaciones que se siguen por el caso del cráneo hallado el pasado 28 septiembre en una caja. Carmen Merino se encuentra desde entonces en prisión provisional comunicada y sin fianza en el penal de El Dueso (Santoña).

La detenida residía con el fallecido, empleado de banca jubilado que se encontraba desaparecido desde el pasado mes de febrero, en una vivienda situada en la calle Padre Basabe, de Castro Urdiales, desde hace siete años. Su detención se produjo después de que una mujer encontrara el cráneo al abrir una caja que Carmen le habría entregado hace meses para que la guardarla. Ante el mal olor que despedía, abrió la caja y, ante el hallazgo, tuvo que ser atendida por los servicios sanitarios y trasladada al centro de salud Cotolino de Castro Urdiales.

Durante los días siguientes, la Guardia Civil de Cantabria, con apoyo de especialistas de Madrid y con ayuda de perros, inspeccionó el piso de la pareja, terrenos que tenía el fallecido en la zona, y hasta se desplazó al vertedero de Meruelo, el más grande de Cantabria, para informarse sobre tratamiento de residuos.

El hallazgo del cráneo desató todo tipo de conjeturas sobre lo ocurrido, y su identidad se determinó días después de su aparición por las pruebas forenses que se practicaron.

Tras decretar el juez el secreto de las actuaciones, y cuando ya han pasado más de siete meses desde que se descubrieron los hechos, quedan por despejar muchas dudas sobre el caso. Entre ellas, el motivo del crimen, si se produjo, y el autor o autores del mismo; así como dónde se encuentra el resto del cuerpo del fallecido.