“Nuestra vida no puede esperar”. Con ese grito unánime, cientos de mujeres - muchas de ellas pacientes de cáncer de mama - se concentraron este domingo frente al Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz en Sevilla, para exigir respuestas a la Junta de Andalucía por los graves errores detectados en el programa de detección precoz del cáncer de mama. Lo que comenzó como una denuncia de una sola asociación se ha convertido ya en un clamor colectivo que apunta directamente a la gestión sanitaria del Ejecutivo de Juanma Moreno.
Desde el mediodía, las inmediaciones de San Telmo se llenaron de pancartas, lazos rosas y testimonios de mujeres que aseguran sentirse “abandonadas” por el sistema público. La concentración, convocada por distintas asociaciones andaluzas - entre ellas Amama Sevilla, la organización que destapó el escándalo -, buscaba poner voz a miles de pacientes que han sufrido retrasos de más de un año en la realización de pruebas diagnósticas. Un retraso que, en muchos casos, ha tenido consecuencias devastadoras.
Supervivencia política
“La supervivencia política no puede estar por encima de la humana”, denunciaba ante los medios Ángela Claverol, presidenta de Amama Sevilla. “Para ellos no somos nada, pero les vamos a demostrar que somos muchas”, proclamó entre aplausos. A su lado, Anabel, una de las primeras afectadas en denunciar los fallos del sistema, relató entre lágrimas su caso: nunca fue avisada de que su mamografía había dado un resultado “no concluyente”. Cuando finalmente se repitieron las pruebas, ya era tarde. “El 15 de octubre me quitaron un pecho. No es justo. Lo he perdido todo”, confesó visiblemente emocionada.
El mensaje de las asociaciones fue contundente: “La sanidad pública andaluza está destrozada”. Reclaman que la Junta depure responsabilidades y dote al Servicio Andaluz de Salud (SAS) de medios y personal suficientes. “El tiempo de las fotos y las promesas ya ha terminado. Las mujeres confiaron en un sistema que las ha defraudado y ha puesto en riesgo sus vidas”, denunciaron desde la plataforma.
La respuesta de la Junta
La protesta llega después de una semana convulsa en el Gobierno andaluz. Tras la dimisión de la consejera de Salud, Rocío Hernández, el presidente Juanma Moreno trasladó las competencias sanitarias al consejero de Presidencia y Emergencias, Antonio Sanz, quien anunció un plan de choque de 12 millones de euros y la contratación de 119 profesionales adicionales. Posteriormente, el Consejo de Gobierno aprobó un plan integral de más de 100 millones de euros y 709 profesionales para reforzar los programas de cribado de mama, colon y cuello de útero.
Según los últimos datos ofrecidos por Sanz, se han identificado 2.317 mujeres del programa de cribado con resultados radiológicos clasificados como BI-RADS 3 (“probablemente benignos”), que habían superado el plazo recomendado para el seguimiento clínico. De ellas, el 90% pertenecen al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, epicentro del fallo administrativo.
A día 21 de octubre, 1.778 mujeres ya se han sometido a las pruebas pendientes, mientras que el resto tiene cita antes del 30 de noviembre. Desde la Junta aseguran que se está revisando el proceso asistencial de cáncer de mama, vigente desde 2011, y que se incorporará de forma progresiva la inteligencia artificial al programa de cribado, con el objetivo de mejorar la precisión y la rapidez diagnóstica.
Pero para las mujeres que este domingo llenaron San Telmo, las cifras no bastan. “No somos números, somos vidas”, recordaban entre cánticos y lágrimas. Reclaman que la Junta deje de minimizar el daño y actúe con transparencia. Y mientras el Gobierno andaluz multiplica los anuncios y los planes, ellas insisten en un mensaje que ya ha calado en toda Andalucía: la vida no puede esperar, y la negligencia tampoco.
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