Manuel Ureña y el papa Francisco / Fotos EFE



El arzobispo de Madrid Antonio María Rouco Varela ya es emérito al ser obligado a aceptar su jubilación. El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, está en el alambre después de que El Vaticano interviniera directamente por un caso de abusos sexuales de párrocos de su archidiócesis. Y ahora ha trascendido que lo que el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, presentó como un inesperado adiós por "problemas de salud" en realidad no era tal.

Más de 100.000 euros de indemnización...
El Heraldo de Aragón ha destapado que la renuncia del arzobispo fue forzada por la Santa Sede tras conocer que acababa de autorizar el pago de una indemnización de 60.000 euros a un diácono al que había decidido no ordenar como sacerdote. El desembolso para callar la boca del joven superó los 100.000 euros porque el arzobispo se comprometió a abonar también la parte de la indemnización que corresponde a Hacienda: otros 45.000 euros. Este proceder no gustó a todos en el propio arzobispado y se avisó al papa de lo que estaba pasando. Cuando desde le pidieron explicaciones Ureña no supo darlas.

... para tapar el acoso de un párroco a un diácono
¿Pero qué es lo que se quería tapar con estos pagos? La cadena SER añade que el joven al que indemnizaron había sido acosado sin que el ya el arzobispo emérito hiciera nada para protegerle. Los hechos ocurrieron entre 2011 y la primavera de 2014 cuando un diácono de 27 años tuvo que compartir casa con el párroco de un pueblo zaragozano, denunciando varias veces al arzobispado que estaba siendo acosado. El párroco implicado en estos presuntos acosos había sido secretario de Urenña durante varios años.