Políticos que van a misa en horario de trabajo
¿Cuándo de una vez por todas los políticos dejarán de hacer proselitismo de la religión que profesan y de su afinidad por sectas y creencias en actos públicos donde representan, incluso, a quienes no creen en Dios, o al menos no creen en el suyo?
¿Cuándo de una vez por todas la derecha decente (me consta que la hay) le plantará cara a esa otra derecha carca, apolillada, nostálgica y tramontana que ni con naftalina recuperará la presunta lozanía de unos tiempos de cara al sol y nacionalcatolicismo en una España donde, bajo el palio sonrosado de una luz crepuscular y mirando al mar, un dictador (también bajo palio, no crepuscular ni sonrosado pero sí episcopal) se embelesaba rememorando gestas imperiales y ordenaba poner muy prietas las filas?
¿Cuándo señora Botella ("pido misericordia a la Virgen de la Almudena"), cuándo doña Fátima ("de la Virgen del Rocío un capote siempre llega"), cuándo don Rouco ("el matrimonio homosexual dificulta gravemente la salida de la crisis"), cuándo meapilas imperiales y nostálgicos españoles todos? ¿Cuándo os enteraréis de que el cortijo ya no es vuestro y de que Franco ha muerto?
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