Esta semana se ha celebrado el Día Mundial del Agua, una jornada en la que se ha vuelto a poner de manifiesto la importancia de este bien tan preciado, como amenazado.

Cada vez son más las iniciativas que se ponen en marcha encaminadas a un consumo responsable de la misma y a su reutilización, incluso, desde instalaciones hospitalarias.

Es el caso de centros como los hospitales universitarios Rey Juan Carlos de Móstoles, Infanta Elena de Valdemoro o General de Villalba, que emplean el agua de rechazo de las diálisis para el riego por goteo de sus jardines.

“En la hemodiálisis se emplea un líquido compuesto por agua común del Canal de Isabel II que se somete a múltiples procesos de limpieza y depuración para transformarlo en ‘agua ultrapura’, apta para entrar en contacto con la sangre del paciente cuando esta se filtra”, explica la Dra. Laura García-Puente, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos.

En función del tipo de proceso, la necesidad de agua varía, y puede requerir importantes cantidades. “En la hemodiálisis online, que supone aproximadamente el 40% de los tratamientos, se requiere cada vez más depurada y de mayor calidad, lo que hace que tenga que descartarse mucha agua”, advierte.

“Los equipos que tenemos utilizan 207 litros por tratamiento para la técnica online y 150 para la estándar”, resume, por su parte, la Dra. Rosa Sánchez, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario General de Villalba.

El agua de rechazo de estas hemodiálisis, en muchos casos desaprovechada, es la que se emplea en estos hospitales para el riego por goteo de los jardines, dado que la reutilización dentro de las instalaciones está prohibida por ley.

“Lo que se hace en nuestro centro es trasegarla a un depósito nodriza y de ahí, por gravedad, acumularla en un depósito en el edificio industrial”, indica Jorge Álvarez, jefe de Mantenimiento del Hospital Universitario Infanta Elena.

En el caso del Hospital Universitario General de Villalba se envía a dos depósitos de 2.000 litros conectados al sistema de bombeo del riego automático del hospital. “Este tiene dos acometidas; una primera que proviene de los depósitos de rechazo de la diálisis, que es el que funciona normalmente y, una segunda, que proviene de los aljibes y que solo se activa si los depósitos se quedan sin agua”, apunta Rubén Horcajo, jefe de mantenimiento del centro.

No obstante, indica, “por el consumo que tiene el riego del hospital, en situación de normalidad, no necesitamos consumir agua de los aljibes”.

La reutilización del agua de rechazo de las diálisis para el riego lleva en marcha en el Hospital Universitario Infanta Elena desde el año 2010 y las cifras ponen de manifiesto la importancia de la medida.

“Se recuperaron y utilizaron 2.236,66m³ de agua, lo que supone en términos económicos unos 5.000 euros”, indica su jefe de mantenimiento.

Cifras igualmente importantes se manejan en los otros centros, si se tiene en cuenta que, en el Hospital Universitario General de Villalba, en 2021, se consumieron 1.657m3 de agua en 9.586 tratamientos, 3.834 por técnica online y 5.751 por técnica estándar. Ese mismo año, en el Rey Juan Carlos, el ahorro fue de 905 m3 de agua.

Dada la gran cantidad de agua de rechazo de las diálisis que se acumula, no se precisa más cantidad. Sin embargo, podrían emplearse para este fin otras aguas de rechazo “como las procedentes de esterilización o el agua de purga de las torres de refrigeración”, concluye Rubén Horcajo, jefe de mantenimiento del Hospital Universitario General de Villalba.