En Estados Unidos se han impuesto unas prohibiciones y otras políticas restrictivas con la venta de cigarrillos electrónicos para afrontar la crisis causada por las muertes registradas entre vapeadores. Según adelanta Infosalus, un estudio publicado en la revista ‘Science’ advierte que las políticas generales desarrolladas en una carrera por abordar dos preocupaciones diferentes conllevan desventajas peligrosas, especialmente el riesgo de retirar una herramienta para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. “Las enfermedades y muertes, que parecen estar relacionadas con el vapeo de aceites de THC ilícitos, han causado una alarma justificable al igual que el aumento de los jóvenes que están vapeando nicotina. Pero en nuestra respuesta no debemos agrupar estos desarrollos preocupantes y no considerar la poderosa evidencia que respalde la disponibilidad de productos legales de nicotina”, explica la autora principal Amy Fairchild.

En el mismo estudio, según recoge el mismo medio, también afirman que “restringir el acceso y el atractivo entre los productos de vapeo menos dañinos por precaución al dejar productos combustibles letales en el mercado no protege la salud pública. Amenaza con descarrilar una tendencia que podría acelerar la desaparición de cigarrillos, que están a punto de costar un billón de vidas este siglo”.

Este estudio surge después de que apareciesen lesiones pulmonares y muertes relacionadas con el vapeo en el país norteamericano. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han reportado 2.291 casos de lesiones pulmonares graves y 48 muertes. El acetato de vitamina E, un aditivo de productos de THC, ha sido identificado como un producto químico preocupante.

Muchos formuladores de políticas y organizaciones, incluida la Asociación Médica Estadounidense, han pedido una prohibición general del vapeo y algunos municipios y estados han decidido prohibir todos los productos de vapeo.

Infosalus también comenta que los autores se remiten a investigaciones que demuestran que no solo el vaporizador, sino también los productos con sabor, pueden ayudar a los fumadores adultos a dejar de fumar y proporcionar una opción más efectiva y atractiva que la terapia de reemplazo de nicotina. Por ello, instan a que se hagan esfuerzos continuos para comprender mejor los riesgos y beneficios del vapeo y exigen medidas regulatorias que logren un equilibrio entre “poner a disposición de los fumadores productos de vapeo de nicotina regulados mientras adoptan medidas contundentes para limitar los riesgos y el uso de los jóvenes tanto como sea posible”.

Fairchild y sus coautores aseguran que toman en serio las enfermedades y muertes debidas al vapeo, pero enfatizan que cada día más de 2.500 adolescentes estadounidenses comienzan a fumar y alrededor de 1.300 adultos mueren debido a los cigarrillos. Argumentan que eliminar el vaporizador, incluidos los productos con sabor, como una herramienta para dejar de fumar y reducir el daño ahora equivaldrá a un prejuicio a la salud pública del país. “Es crucial identificar la fuente de lesiones pulmonares graves y controlar y regular de cerca la industria del vapeo, incluida la forma en que comercializa sus productos a los jóvenes”, precisa el coautor James Curran.