Una adolescente de 16 años de Filipinas lleva dos años viviendo una auténtica pesadilla y es que en apenas unos meses ha pasado a tener el aspecto de una mujer de 50 años. La familia no ha sabido lo que ocurría hasta que un médico le ha diagnosticado un raro trastorno genético degenerativo que acelera el envejecimiento y que recibe el nombre de progeria.
Raizel Calago, que así se llama la adolescente, relató al programa Kapuso Mo, de a la cadena filipina GMA, que pasó de participar en concursos de belleza a sentir vergüenza de salir de casa por su radical cambio de aspecto. Además, tiene grandes dolores de espalda que no puede explicar. La joven y su madre han hablado sobre los extraños síntomas que lleva sintiendo desde que hace dos años sufriera un fuerte sarpullido por todo el cuerpo. A partir de aquí comenzó a notar la aparición de arrugas en su cara, cuellos, brazos y estómago.
Por vergüenza, ha dejado de salir a la calle con sus amigos por las constantes sobre lo que le ocurre para que de reptende tenga ese aspecto de una mujer de 50 años. "Me preguntan por qué mi aspecto envejeció. No les respondo porque tampoco sé qué pasó", admitió Raizel. "No culpo a mis padres porque ellos tampoco lo saben", añadió.
"Me imagino lo hermosa que sería de mayor"
La madre de Raizel conmovió al público al contar que "es doloroso cuando me dicen que mi hija parece mayor que yo". "A veces, me la imagino cuando sea mayor y veo lo hermosa que podría ser", ha lamentado.
Un endocrino de prestigio ha conseguido diagnosticar a la joven. Padece progeria. "Sólo tenemos unos 200 casos documentados en todo el mundo", ha explicado el médico, que ha precisado que "la manifestación más destacada es el arrugamiento o envejecimiento de la piel y el retraso en el crecimiento". Lo peor no es el aspecto físico. Por lo que más hay que preocuparse es por los peligrosos síntomas que pueden manifestarse: "Uno de los problemas que esperamos es el ataque al corazón, la insuficiencia cardíaca o el aumento del riesgo de accidente cerebrovascular" y "la osteoporosis", añadió el doctor.
Una enfermedad sin cura
Lo peor de todo es que no hay cura para esa enfermedad. "Esto va a ser persistente. Lo único que podemos hacer es tratar tanto los problemas cardiovasculares como los esqueléticos (si los hay)", ha lamentado el médico.
La familia ha confesado además que los costes de las revisiones médicas superan sus ingresos y han abierto una cuenta bancaria para poder recibir donaciones que ayuden a cuidar de su hija.