La otra cara de la moneda del dispositivo de seguridad de Interior para garantizar la normalidad en la jornada electoral en Cataluña es la situación que están viviendo allí los guardias civiles y los policías nacionales desplazados desde diferentes lugares de España.

Según denuncia el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), mayoritarios en ambos cuerpos, los agentes soportan jornadas de trabajo maratonianas, ridículos menús de comidas y falta de recursos económicos para hacer frente a los costes de alojamiento.

Los agentes se quedan sin votar

“Es indignante que hayamos contribuido a que se celebrara un referéndum ilegal y que ahora garantizaremos que se pueda votar y que los policías que están allí se vayan a quedar sin votar”, denuncian fuentes del SUP en declaraciones a El Plural.

El SUP también ha denunciado que se niega a los policías desplazados su derecho a ejercer el voto y ha pedido a la Junta Electoral Central que amplié el plazo para ejercer el voto por correo.

Según el sindicato, los policías realizan jornadas laborales maratonianas. “Entran a trabajar a las 5 o 6 de la madrugada; cada día hacen largos desplazamientos y comen menús de picnic. Somos policías y estamos para esto, pero a día de hoy no nos han concretado cómo se va a compensar a los policías el exceso de horario. Es una falta de consideración por parte de la Administración”, critican las citadas fuentes.

“Los policías soportan tensión, sobreexposición, riesgos y extrema violencia que ha dejado agentes heridos y aún no sabe algo tan básico como de qué manera se les va a compensar. Que te tiren adoquines a la cabeza por 10,66 euros es de vergüenza”, afirman las fuentes del SUP, sobre el pago de horas extraordinarias. “Ese es el precio que la Dirección General de la Policía e Interior han puesto al trabajo de los compañeros desplegados en Cataluña en la Operación Ícaro. Y decían que no iban a ser cicateros”, precisan.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denuncian, por su parte, que sus condiciones son peores que las de los policías, porque estos, según explican “conocen desde un primer momento cuáles son sus dietas, descansos y relevos. Los guardias civiles han sido desplazados a Cataluña sin ninguna información”.

Desde el 9 de octubre sin ver a su familia

“Para Interior, los trabajadores de la Benemérita no deben de merecer saber en qué situación van a trabajar, comer o alojarse, porque de otro modo no se entiende que se limiten a comunicarles desde que se iniciara el operativo, casi de un día para otro, que dejaban de estar al amparo de la Orden General por la que se determinan los regímenes de prestación del servicio, y la jornada y horario del personal de la Guardia Civil, pasando a quedar sin ningún tipo de regulación, realizando exhaustivas jornadas maratonianas y sin descansos semanales”, se queja la AUGC en su comunicado.

Según han explicado fuentes de la AUGC a El Plural, los policías nacionales “son relevados cada 10 o 12 días, mientras que los guardias están en Cataluña desde el pasado 9 de octubre y no han podido ver a sus familias”.

Los guardias pagan de su bolsillo el hospedaje

“El 31 de octubre, los guardias tuvieron que pagar parte de la factura de sus hoteles de su bolsillo, y hay muchos guardias que han tenido que pedir ayuda a sus familias, porque el dinero ingresado por las dietas no les ha alcanzado”, explican las citadas fuentes.

“Los trabajadores de la Policía Nacional hicieron las maletas sabiendo que desde su Dirección General se habían preocupado de gestionarles el alojamiento en hoteles con precios pactados que rondan los 40 euros. Por el contrario, los guardias civiles deben tratar de descansar en instalaciones militares, o en otros alojamientos con precios absolutamente dispares, con la complicación y perjuicio que ello supone”, añaden.