En época navideña son muy frecuentes las aglomeraciones, sobre todo en el centro de las ciudades. Esto causa que los padres puedan llegar a tener un descuido en cualquier momento y puedan perder a sus hijos de vista. Los niños sean muy pequeños y apenas sepan hablar, si se pierden no pueden decirle a ningún policía el nombre de sus padres o el número de teléfono para que así puedan localizarlos. La única forma que tienen es llevarlos a comisaría y esperar a que los padres se pases por allí para poder recogerlo. 

Pero en estas Navidades, la Policía Nacional ha sacado una campaña que consiste en una pulsera que se le pone al niño en cuestión, con su nombre, dirección y número de teléfono del tutor o tutora legal del niño. Lo que recomiendan los agentes que velan por nuestra seguridad, es que el niño sepa perfectamente su dirección, su teléfono y como se llama. 

Estas pulseras las suelen repartir en grandes eventos en los que la cantidad de gente supera a la del día a día.