Pepa Flores (Marisol), nació en una Málaga, entonces deprimida económicamente y en el seno de una familia humilde, siendo precisamente esa humildad la que le caracterizaría a lo largo de su carrera. 

En 1959, a la temprana edad de 11 años, el grupo de Coros y Danzas del que participaba viajó a Madrid, donde el productor de cine Manuel José Goyanes, una de las figuras que marcó con más fuerza la vida de Marisol, la descubrió. Su interés fue tal que se la llevó con él a la capital, donde quiso lanzarla a la fama.

Marisol

Infancia robada

Pepa Flores fue todo un icono en la España de entonces y, prácticamente, en todo el mundo. Recibió premios y reconocimientos por doquier por películas como Tómbola, Ha llegado un ángel, Cabriola, Las 4 bodas de Marisol, Solo los dos, Carmen o La Historia de Bienvenido.

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Sin embargo, la vida de Pepa Flores, como la de la mayoría de los niños prodigio de los 60, no fue fácil. Ya para su primera película, Un rayo de luzla pequeña se vio obligada a cambiar primero el nombre por el de Marisol y después su pelo por un color rubio que reforzara la imagen que quería darse de ella.

Marisol tuvo una infancia complicada. Primero porque recibió abusos de adolescente. Segundo, porque fue utilizada por el Franquismo, que hizo de ella un instrumento de  propaganda.

Ruptura con Marisol

En 1985, y tras una vida de más sombras que luces en la que muchos se habían aprovechado del arte indudable de la pequeña y de la complicidad de un régimen que miraba para otro lado, Marisol vuelve a ser Pepa Flores después de presentar en el Festival de San Sebastián su última película, Caso Cerradojunto a un jovencísimo Antonio Banderas. Desde entonces, ha tratado de vivir una vida anónima, alejada de los focos.

Militancia en el PCE: "Me fusilarán antes que traicionar a mi clase"

Cansada de ese doble rasero franquista y de una España que descuidó, una vez más, la cultura, Pepa Flores comienza a militar en el PCE primero y en el Partido Comunista de los Pueblos de España. De hecho, el padrino de su boda con el bailarín Antonio Gades fue Fidel Castro.

Autodefinida como una "obrera de la cultura", Marisol peleó por los derechos no solo del gremio, sino también de las mujeres y de mucha gente que peleaba por causas que ella consideraba justas.

En esta línea, estuvo presente en las manifestaciones contra la OTAN y llegó a vender los premios de oro que le habían otorgado el franquismo cuando aún era un instrumento perfecto del régimen, para recaudar dinero con el que apoyar a la izquierda española de la época. "Me fusilarán antes que traicionar a mi clase", llegó a pronunciar.

En 1986 se desvincula de todo partido político.

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De su portada de Interviú a su ausencia en Los Goya

Uno de los momentos públicos más polémicos en la vida de Marisol fue su portada de Interviú, en 1976. De nuevo, víctima del negocio que la rodeaba, la revista convirtió a la niña icono del franquismo en objeto sexual sin su consentimiento. 1970, por encargo de Carlos Goyanes "parece ser que con el fin de que las viera el director italiano Bernardo Bertolucci". La revista vendió un millón de ejemplares con esta portada, que rescató en su 15 aniversario.

Aunque Marisol no llegó a denunciar al responsable ni a la revista por aquel entonces, sí que ha declarado en alguna que otra entrevista que ella en ningún momento dio permiso para la publicación de la instantánea.

 

En su afán por alejarse de la vida pública, la actriz prefirió no acudir este año a recoger el Goya de honor en su nombre. En su lugar acudieron sus hijas María Esteve y Celia Flores.

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