El Obispo de la Diócesis Nivariense de La Laguna, Bernardo Álvarez, vincula la homosexualidad con un pecado mortal. “La Iglesia tiene unos principios en relación con lo que son las cuestiones morales, ahí está el Catecismo de la Iglesia Católica. Las personas son siempre dignas de todo respeto, las personas, luego sus comportamientos son discutibles”, explicó el prelado en una entrevista en la televisión canaria. Incluso llega a justificar la enajenación mental que desemboca en un asesinato por encima de la homosexualidad.

En el programa Buenas Tardes, Canarias de la Televisión Canaria entrevistaron al Obispo de la Diócesis Nivariense de La Laguna, Bernardo Álvarez. La conversación con el prelado ha trascendido a escala nacional, debido a su concepción de la homosexualidad, la cual considera un “pecado mortal” y cuyo funcionamiento es similar al del alcoholismo.

Al religioso le preguntan sobre la homosexualidad en concreto y su respuesta es preclara: “Para que una cosa sea pecado mortal hace falta que la persona sea consciente de que es pecado, que lo haga libremente y que no esté condicionada por nada, pero que sepa y que tenga conciencia de que lo hace está mal”, explica Álvarez ante las cámaras de la televisión insular.

El prelado continúa su disertación, argumentando que “a pesar de que saben que está mal” lo hacen sin la necesidad de “ser condicionados por nada”. “Es como la persona que bebe y cuando bebe hace cualquier disparate. Claro, lo que tiene que hacer es no beber, arguye el Obispo de La Laguna.

Lo más llamativo de su discurso llega tras esta afirmación, aludiendo al juicio de una persona que mató a su madre. Los estudios psicológicos del caso dicen que “la persona no estaba en sus cabales” y, al parecer, el presunto homicida “no era consciente de que lo que estaba haciendo estaba mal”. Es decir, el prelado justifica este asesinato, derivado de la enajenación mental de una persona, por encima de la homosexualidad, la cual sí cataloga como pecado mortal.

En 2007, Álvarez, en una entrevista al diario La Opinión, abordó los escabrosos abusos de menores por parte de miembros de la Iglesia. “Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan. Esto de la sexualidad es más complejo de lo que parece”, deslizó, al tiempo que espetó que la homosexualidad “perjudica a las personas y a la sociedad”. De hecho, la equiparó a las agresiones sexuales, pues “la persona la practica como puede practicar el abuso de menores”.