Hoy, día 25 de julio, es el día de Santiago, “Patrón de España”. Y la televisión pública, en La 2, ha emitido una misa oficiada, una vez más, por el polémico obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, cuya última invención ha sido la de crear una especie de sexólicos anónimos para “ayudar a las personas con adicción al sexo”. El obispo ha vuelto a demostrar en la televisión pública que su fijación con las prácticas sexuales le acompaña allá donde vaya y ha dedicado los 10 minutos de la homilía a hablar de anticonceptivos, de infidelidades y de la "procreación" dentro del matrimonio.

El propio Reig Pla ha recordado a sus fieles y a los espectadores que, a diferencia de otros años, este 25 de julio era “día laborable”, por lo que ha agradecido mucho la presencia de sus feligreses. Un público en el que había varios niños pequeños, que han tenido que escuchar al obispo su fijación con “la malicia de la anticoncepción”, el “deterioro moral que hemos podido verificar en torno a la sexualidad”.

El obispo ha empezado su homilía pidiendo que “todos los pueblos de España se mantengan fieles a Cristo hasta el final de los tiempos”. “España necesita a Cristo como en tiempos del apóstol”, ha señalado.

“Es cristo quien nos garantiza también la bondad del matrimonio y el bien social de la familia que constituyen la base más sólida de nuestra sociedad y su futuro”, ha dicho el obispo, que se ha remitido a palabras de Pablo VI para exaltar el “amor conyugal” como “base para una paternidad responsable” dentro del matrimonio “que garantizara el futuro de la Humanidad promoviendo la procreación”.

“El no haber escuchado la voz profética de la Iglesia nos ha sumido en España en un desierto demográfico y ha favorecido el debilitamiento de los matrimonios”, ha dicho Reig Pla, quien ha señalado a los anticonceptivos como el “camino fácil a la infidelidad conyugal”. Y citando de nuevo a Pablo VI ha dicho que “podría también temerse que el hombre, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, acabase por perder el respeto a la mujer, simple instrumento de gozo egoísta”.

“La malicia de la anticoncepción ha conllevado todo el deterioro moral que hemos podido verificar en torno a la sexualidad humana, al matrimonio, a la familia y a las ideologías que han surgido”, ha concluido.