Durante las vacaciones de verano, es tentador poner en pausa los regímenes de rehabilitación para entregarse por completo al descanso y la diversión. Y otra de las variables es el calor, que puede fomentar la aparición de la incomodidad y la pereza y alejarnos de los ejercicios. Sin embargo, la interrupción de estos programas puede retrasar la recuperación y aumentar el riesgo de complicaciones, con la posibilidad incluso de echar por tierra todo el trabajo realizado hasta ahora.
Muchas personas consideran que las vacaciones son un paréntesis en sus vidas cotidianas, incluyendo sus rutinas de ejercicio y rehabilitación. Sin embargo, la rehabilitación es un componente crítico del proceso de recuperación que, aunque puede contar con descansos programados, no entiende de vacaciones. Porque una cosa son las pausas que planifican los terapeutas para evitar que la musculatura se sobrecargue durante el proceso de recuperación y, un aspecto bien distinto, es la interrupción del proceso sin ningún criterio, lo que puede traducirse en un aumento de los plazos de recuperación.
Los ejercicios de rehabilitación, diseñados para mejorar la fuerza, la movilidad y la flexibilidad, requieren consistencia y compromiso. La clave del éxito de la rehabilitación reside en la participación activa del paciente, que se debe responsabilizar de su lesión e implicarse en el proceso.
Más tiempo libre, menos compromiso
El verano trae consigo desafíos particulares para aquellos en medio de programas de rehabilitación. Las altas temperaturas, el cambio de entorno y las variaciones en el horario diario pueden hacer que sea difícil encontrar el momento y el lugar adecuado para realizar los ejercicios prescritos. Además, la tentación de pasar tiempo en actividades sociales o relajación puede disminuir la motivación para continuar con un régimen de ejercicios estricto.
“Cualquier parón que no esté establecido como parte del programa de rehabilitación, nunca será positivo. El interrumpir la rutina de ejercicios de manera voluntaria, puede provocar una demora en el tiempo de recuperación, así como la aparición de posibles secuelas. Por eso entendemos que un parón vacacional mantenido en el tiempo y de manera voluntaria, no debe ser una opción”, nos explica el fisioterapeuta Álvaro Recio Montoro, supervisor de Rehabilitación en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, integrado en el servicio público de salud madrileño (SERMAS).
Estrategias para la rehabilitación en verano
Mantener un programa de rehabilitación durante el verano requiere una planificación y compromiso conscientes. Aquí hay algunas estrategias efectivas:
- Adaptar la rutina a las circunstancias: Considera la posibilidad de adaptar tu horario de rehabilitación para que coincida con las horas más frescas del día, generalmente por la mañana temprano o por la noche. Esto no solo es más agradable en términos de temperatura, sino que también puede ayudarte a evitar el riesgo de deshidratación y golpe de calor.
- Utilizar instalaciones locales: Si estás viajando, investiga con anticipación sobre las instalaciones locales que podrían ofrecer equipos o espacios adecuados para tu rehabilitación. Muchos hoteles y resorts tienen gimnasios bien equipados o piscinas que pueden ser utilizadas para ejercicios en el agua, que son especialmente beneficiosos para la rehabilitación. Además, una buena opción para conseguir adherencia al ejercicio es aprovechar localizaciones atractivas de nuestro emplazamiento para realizar ejercicios adaptados.
- Incorporar nuevas actividades: El verano es una excelente oportunidad para añadir variedad a tu régimen de ejercicios. Por ejemplo, nadar es un ejercicio de bajo impacto que puede ser particularmente útil para la rehabilitación de lesiones musculoesqueléticas. “Nos ayudará a mejorar la fuerza si trabajamos contra resistencia, nos facilitará los movimientos gracias a la flotación, nos permitirá trabajar sin gravedad, disminuye el peso corporal y nos facilitará el equilibrio”, señala el especialista.
“Pero sin duda, la mejor manera de mantener la rehabilitación en vacaciones es concienciándonos de que un parón en la constancia tiraría el esfuerzo realizado hasta ese día. Por ello, una mentalidad de compromiso es clave para conseguir volver a su vida normal”, insiste el especialista consultado.
Rehabilitación a distancia
“Los terapeutas tienen que educar en el ejercicio y las sesiones tienen siempre una parte activa que le corresponde al paciente. Por ello, todo terapeuta debe dotar a su paciente de ejercicios que complementen la terapia, fáciles de ejecutar y con la menor cantidad de material específico posible, de tal manera que el paciente pueda hacer y/o adaptar sus ejercicios, independientemente del lugar donde se encuentre”, explica el supervisor de Rehabilitación del hospital madrileño.
La tecnología ha revolucionado la forma en que podemos manejar la rehabilitación, especialmente cuando estamos lejos de nuestros terapeutas habituales. Las aplicaciones móviles y los videos en línea proporcionan una gran cantidad de recursos que pueden guiar los ejercicios de rehabilitación. Plataformas específicas ofrecen videos detallados y descripciones de ejercicios que se pueden realizar en casa o en cualquier lugar, garantizando que el régimen de rehabilitación se mantenga sin interrupciones, e incluso existen “aplicaciones móviles que utilizan la cámara para grabar la ejecución del ejercicio”, señala el experto. “Esto nos permite valorar errores en la ejecución y cuantificar el ejercicio que realiza el paciente sin la necesidad de nuestra presencia física, pudiendo cargar rutinas con sus repeticiones, descansos y recomendaciones”, añade.
“Muchos hospitales y centros de rehabilitación disponen de una base de datos de ejercicios terapéuticos que pueden ser colgados en plataformas para que el paciente pueda visualizarlo en cualquier momento”, comenta el especialista en rehabilitación, que cita el ejemplo del “Hospital Rey Juan Carlos, que cuenta con el Portal del Paciente, donde le permite ver videos de ejercicios, incluso descargárselo en pdf en cualquier dispositivo”.
Alimentación e hidratación: pilares de la rehabilitación
Además de mantener una rutina de ejercicios, es crucial seguir una dieta equilibrada y mantenerse bien hidratado, especialmente en el calor del verano. Las comidas deben ser nutritivas pero no demasiado pesadas, y la hidratación debe ser una prioridad. Beber agua a intervalos regulares antes, durante y después de los ejercicios puede prevenir la deshidratación y ayudar en el proceso de curación y rehabilitación.
“Las comidas copiosas, los excesos y la deshidratación, son factores que inciden sobre el ejercicio, independientemente de estar o no en un programa de rehabilitación”, recuerda el experto del hospital mostoleño. “Es por eso que debemos continuar con una alimentación saludable y con las cantidades recomendadas”, explica el especialista consultado, que recomienda seguir la pauta del “plato saludable de Harvard”.

Este modelo tiene una visualización muy sencilla, estipula que el 50% de los alimentos debe estar conformado por frutas y verduras (dando prioridad a las verduras), el 25% deben ser proteínas y el 25% restante debe conformarse con hidratos de carbono.
Las verduras, crudas o cocidas, representarían 200 gramos de ensalada o verdura en cada plato y se debe intentar incluir alguna cruda para aportar vitamina C. 50 gramos serían hidratos (pasta, patatas, arroz, pan o legumbres), dando prioridad a las versiones integrales. Y en lo que respecta a proteínas -100 o 150 gramos-, se deben incluir carnes blancas como pollo, conejo o pavo; pescados, huevos o frutos secos.
Ejercicios prácticos para el verano
Para aquellos que buscan ejercicios específicos que pueden ser realizados sin necesidad de equipo especializado, aquí hay algunas sugerencias:
- Estiramientos y fortalecimiento de extremidades: Utiliza tu propio cuerpo para realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento. Estos pueden incluir movimientos como estiramientos de piernas, brazos y espalda que ayudan a mantener la flexibilidad y la fuerza.
- Ejercicios de equilibrio y coordinación: Practica ejercicios de equilibrio como el stand de un pie o yoga suave, que pueden ser especialmente útiles para aquellos en rehabilitación de lesiones del tobillo o la rodilla.