La imagen más emblemática de la Puerta del Sol y una de las más icónicas de Madrid es sin duda la de El Oso -que en realidad es una osa- y el Madroño. Sin embargo, desde el pasado jueves el icono de la capital está en peligro ya que alguien le intenta disparar. Se trata nada menos que de Juan Carlos I, quien apunta con una escopeta desde un lado de la calle. Tranquilos, todo esto en sentido retórico; pues el emérito ha estado disfrutando de sus estancias en Sanxenxo y Vitoria antes de regresar a Abu Dabi.

No se trata de la persona física, sino de una estatua de bronce creada por el artista chileno Nicolás Miranda para “ridiculizar la figura del rey Emérito”. La obra ha sido traída directamente desde el país latinoamericano hasta suelo español, donde se mantendrá hasta nueva orden mientras se resguarda en una exposición del propio artista en el centro Cultural La Parcería, en Arganzuela. Pero, quién es el autor detrás de esta peculiar forma de protestar.

Artista de la estatua de Juan Carlos I en Sol

Con una influencia que parece extraído del mismísimo Banksy, aunque en su caso no es anónimo, explica que la intención última de sus obras es “parasitar algo que ya existe”, conectando siempre con “el lenguaje visual”. Eso es lo que ha hecho precisamente en esta última ocasión, vincular la monarquía con el santo y seña de Madrid para  que llame más la atención de la gente. De esa manera, el artista ha aprovechado la situación actual de la Puerta del Sol a raíz de las polémicas obras que está llevando a cabo el Consistorio de José Luis Martínez-Almeida para “ridiculizar la figura del emérito” y hacer hincapié a través del arte en su “lujuriosa vida privada y la afición a la caza de animales en peligro de extinción”.

Nicolás Miranda estudió Bellas Artes obteniendo la mención especial en Escultura en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales de Santiago de Chile. Además, ha logrado varios reconocimientos a nivel de premios, destacando una beca para una residencia en Buenos Aires.

Entre sus obras destacadas se encuentra Easy, con la que imagina qué sucedería se una obra de Jeff Koons se expusiera en una sala de su país natal, o In CashAlgunas de sus demás creaciones destacadas son Sin pena ni gloria o La gran vitrina.  Su última obra, la del rey emérito, se enmarca dentro de Estrategias parasitarias para la sobrevivencia en un mundo cruel.

Detalles de la obra

La imagen actual se asemeja a otra que sí fue real y que data de 2006. Por aquel entonces el rey Juan Carlos disparó a un oso ebrio bautizado Mitrofán, muy alejado de España, concretamente en Rusia. Aunque el caso más conocido del padre de Felipe VI con la cacería es el que tiene que ver con la caza de un elefante que abatió en Botsuana junto a Corinna Larsen y su famosa frase: “Lo siento mucho, no volverá a ocurrir”.

Más allá de los problemas fiscales del emérito y sus controversias como amante, la caza es otra de sus grandes pasiones, de ahí la fuerza contestataria de la estatua. En lo que respecta a los datos concretos de la misma, consta de 170 centímetros de altura y está elaborada de poliuretano y masa de modela, aunque su pátina es de pintura oscura, lo que la dota de una apariencia metálica.

‘Selfies’ con el emérito

La figura del rey Juan Carlos ha hecho que todo el mundo que pasara por su lado se detuviera a hacerse alguna fotografía por lo llamativo de la misma. Además, ha desatado los aplausos y el beneplácito de las redes sociales. Todo ello mientras la plaza más importante de Madrid se encuentra en entredicho por el plan municipal al haberla dejado prácticamente desierta de vegetación, lo que esta semana supone un problema por las altas temperaturas, aunque este podría verse de manera mucho más clara en los meses de verano. Cabe destacar, de hecho, que desde el Consistorio no se ha aprobado la escultura.

¿Y el antiguo Jefe de Estado?

En lo que respecta al emérito, este ha vuelto a ser noticia en los últimos días por su nuevo regreso a España ante las negativas de Familia Real, a sabiendas de que podría interferir en los comicios del próximo 28 de mayo. A las polémicas hay que sumarle la de la operación Ave a La Meca o su posible cambio de residencia fiscal para trasladar su fortuna, que supera los 1.800 euros, fuera del país.