Para nadie es un secreto que el panorama de consumo en España de los dispositivos electrónicos de vapeo ha cambiado muy rápidamente en los últimos años. Lo que comenzó como una alternativa de nicho es ahora un sector en franco crecimiento, que atrae a miles de nuevos usuarios que buscan una forma diferente de gestionar su hábito o, en muchos casos, una vía para dejar el tabaco tradicional. Pero este auge no solo se refleja en las cifras de consumo, sino también en el florecimiento de los negocios especializados, con un número creciente de tiendas de vapers que se han integrado en el tejido comercial de nuestras ciudades o que han conquistado las compras en línea.

Sin embargo, su expansión se encuentra ahora en una encrucijada regulatoria. El Anteproyecto de la Ley del Tabaco 2025 promete cambios significativos, especialmente en lo referente a la ampliación de las restricciones en los espacios públicos, lo que podría redefinir las reglas del juego para todos los vapeadores españoles. Analizamos las claves de este sector en plena ebullición.

El imparable aumento del número de vapeadores en España

Las estadísticas no mienten: el uso de dispositivos de vapeo ha crecido de manera exponencial en el país en los últimos años. Solo en 2025, ya registra un aumento del 40%. Este fenómeno se apoya en varios pilares, siendo el principal la búsqueda de una alternativa al cigarrillo convencional. De hecho, muchos fumadores adultos, al ser conscientes de los riesgos asociados a la combustión del tabaco, han encontrado en los e-líquidos y el vapor una opción que perciben como una experiencia de menor riesgo.

Ahora bien, este crecimiento no es una moda pasajera, sino una tendencia consolidada. La oferta de dispositivos de vapeo es hoy más variada y accesible que nunca. Desde los sencillos sistemas Pod y los vapers desechables (aunque estos últimos están siendo objeto de un intenso debate por su impacto ambiental), hasta los complejos Mods con control de temperatura, existe en el mercado un equipo para cada tipo de usuario. Además, la innovación tecnológica ha simplificado el uso y ha mejorado la calidad de la experiencia, haciendo que el salto del tabaco al vapor sea, para muchos, más llevadero y atractivo.

El vapeo como herramienta para dejar de fumar: un factor clave

Como ya dijimos, es crucial destacar el rol que los cigarrillos electrónicos están desempeñando en los procesos de cesación tabáquica. Si bien el debate sobre sus implicaciones sanitarias continúa, la evidencia a nivel de usuario sugiere que estos dispositivos pueden ser muy eficaces para aquellos fumadores que buscan abandonar el tabaco. Veamos por qué:

  • Reducción gradual de nicotina: la posibilidad de elegir e-líquidos con diferentes concentraciones de nicotina permite a los usuarios disminuir su consumo de forma controlada y progresiva, una estrategia prioritaria para romper con la dependencia física.
  • Mantenimiento del componente gestual: para muchos, el hábito de fumar es tanto una dependencia física como un ritual gestual y social. El vapeo les permite mantener la acción de la calada y la exhalación del vapor, lo que facilita la transición psicológica, actuando como un sustituto conductual importante.

Por lo que podría decirse que, el éxito del vapeo como sustituto se debe a que aborda tanto la dependencia química como la psicológica. Y aunque estamos claros que no se trata de una solución mágica, sí es una herramienta potente que, utilizada con información y responsabilidad, ha cambiado la vida de un número considerable de españoles.

La Ley del Tabaco 2025: ¿qué pasará en las terrazas? 

Pero pareciera que el futuro del mercado vapers en España pende, en parte, de la inminente Ley del Tabaco 2025. Esta legislación, que busca reforzar las medidas de protección contra el tabaquismo y actualizar la normativa para incluir a los nuevos productos relacionados con el vapeo, mira con lupa los dispositivos electrónicos de vapeo y su consumo en lugares públicos y exteriores, ya que contempla, entre otras cosas, la ampliación de los espacios libres de humo.

La propuesta más comentada, y la que más afecta a la vida social española, es la prohibición de fumar y vapear en las terrazas de los bares y restaurantes, además de en otros espacios públicos al aire libre como las playas, las piscinas, los parques infantiles y los campus universitarios. Hasta ahora, el vapeo en estos espacios se movía en una zona legal gris o dependía del criterio del propietario del local. Sin embargo, la nueva ley busca equiparar las restricciones de los cigarrillos electrónicos y el tabaco tradicional.

Consecuencias de la regulación en la cultura del vapeo

Si finalmente se aprueba la ampliación de la normativa para incluir el vapeo en la prohibición de las terrazas y otros espacios al aire libre, las consecuencias para el sector y para los usuarios serán notables:

  • Impacto social y cultural: la cultura del vapeo está muy ligada al ocio y a los momentos de relax social. Las terrazas sin humo reducirían el número de lugares donde los vapeadores pueden disfrutar de sus dispositivos mientras socializan. Esto podría percibirse como una restricción severa al derecho de los usuarios a utilizar una alternativa al tabaco en entornos de ocio.
  • Efecto en las ventas: aunque la prohibición busca principalmente un impacto sanitario, en el corto plazo podría generar una reorientación en el tipo de producto más consumido. Podría aumentar la demanda de dispositivos más discretos o el consumo en el ámbito privado, pero la visibilidad pública del vaping, que es clave para atraer a nuevos fumadores, se reduciría.

El futuro del mercado vapers en España

A pesar de estas incertidumbres regulatorias, el mercado de cigarrillos electrónicos en España sigue siendo dinámico y resiliente. Los datos indican que la tendencia de crecimiento continuará, impulsada por la constante innovación en los dispositivos y la ampliación de la oferta de e-líquidos de alta calidad fabricados en el país.

No obstante, el desafío para el sector y, en particular, para las tiendas de vapers, es doble:

  • Adaptación a la Ley 2025: el sector deberá ser ágil para adaptarse a las nuevas normativas en cuanto a publicidad, venta y espacios de consumo, asegurando el cumplimiento estricto de la ley.
  • Educación e información: es esencial combatir la desinformación y ofrecer datos claros y sencillos sobre qué son los dispositivos de vapeo, su uso responsable y su papel como posible ayuda para dejar el tabaco.

Así que, en un entorno donde la salud pública y el estilo de vida convergen, el vapeo en España se prepara para una nueva era. Su éxito dependerá de su capacidad para seguir ofreciendo una alternativa atractiva y efectiva, al tiempo que navega por un marco regulatorio cada vez más estricto. La conversación sobre terrazas sin humo no ha hecho más que empezar, y su resolución final dictará una parte importante de la vida social española de los próximos años.