Agentes de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Melilla​ se personaron esta semana en la plaza de toros de la ciudad, donde centenares de personas malviven con "acceso limitado a duchas y baños, falta de higiene y un grave hacinamiento", tal y como denunció a principios de mes la comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic.

En esa ocasión, la UE​ ponía el foco en los trabas a los migrantes solicitantes de asilo. Pero las condiciones de los nuevos residentes del coso melillense son muy diversas. Entre ellas, numerosos marroquíes llegaron legalmente a la Ciudad Autónoma con objetivos laborales o educativos pero, con el cierre de fronteras impuesto por la pandemia de coronavirus​, muchos han quedado en tierra de nadie. Mientras Marruecos les niega el paso, España les expulsa. A ello acudían los policías de extranjería a la plaza de toros, con las órdenes de expulsión preparadas para ser firmadas, al haber terminado con los plazos legales.

Atrapados y abandonados

A un grupo se le llegó a llevar a la jefatura de policía para exigirles que firmasen los documentos “por los que serán expulsados a Marruecos, cuando se resuelva el problema del cierre de la frontera”, asegura una organización de defensa de los derechos humanos de Marruecos.

En declaraciones a ElEspañol, una estudiante del país vecino, atrapada en Melilla desde marzo, explica que algunas de las cerca de 50 personas implicadas se negaron a firmar los documentos que les ponían delante los agentes, al menos a firmarlos sin una traducción previa y una consulta a algún abogado. Mientras tanto, “algunos de ellos firmaron el papel por desconocimiento, es decir, que pensaban que era solo una tarjeta de salida. La Policía les dijo que se les negará la entrada a los países Schengen durante cinco años. Esto es ilógico porque no hemos cometido un delito”, ha denunciado la estudiante, que se lamenta sobre el rechazo y la irresponsabilidad de todas las Administraciones: “España nos expulsa y Marruecos nos abandona, ¿a dónde vamos? No sabemos nada, Marruecos no se comunica con nosotros de ninguna manera”.

Por su parte, la Policía asegura que “no se obligó a firmar a nadie” y justifican el procedimiento como “un trámite habitual y rutinario. Completamente personal y se ciñe a las circunstancias y alegaciones individuales de cada uno. Solo que, al tener el mismo domicilio de hecho, tantas personas, pues han coincidido por casualidad en las notificaciones”.

Un sinsentido mientras las fronteras permanecen cerradas

En la misma línea, las autoridades de la ciudad remarcan la situación irregular de los implicados:  “A quienes se les ha dado la orden de expulsión es a personas que han entrado irregularmente a Melilla, por mar principalmente, o tenían estancia irregular. Hablamos de personas que no están atrapadas sino que han entrado voluntariamente”. Pero, muy al contrario, algunos de los propios marroquíes niegan la mayor: “Muchos residentes en la plaza de toros se irían voluntarios, si pudieran”.

Desde la vecina región marroquí de Nador también se denuncia el maltrato de las autoridades españolas: “Hay empleados transfronterizos con autorización de trabajo a quienes les han quitado el pasaporte en la plaza de toros”.

Lo cierto es que, en las circunstancias actuales, incluso cuando la expulsión sea procedente, los autoridades españolas son incapaces de efectuarlas. “Ningún país nos permite repatriar a nadie en estas fechas, y menos Marruecos”, explican desde Policía Nacional en declaraciones al mismo medio.