Ucrania más allá de la guerra. Este podría ser un buen prolegómeno para las siguientes líneas, y es que el país de Volodimir Zelenski se enfrentaba a problemas de calado mucho antes de entrar en conflicto directo con Rusia, siendo uno de ellos la igualdad real entre hombres y mujeres. “A los niños se les hace una distinción muy clara entre el azul y el rosa, los libros de ellas están más orientadas a las labores del hogar y los de ellos a profesiones como astronauta…”, ejemplifica la investigadora María Sánchez, quien ha centrado los últimos ocho años de su vida a intentar evitar el cierre del único museo de género del este de Europa, concretamente en la ahora asolada ciudad de Járkov.

Después de un año trabajando sobre el terreno y con el estallido del Euromaidán- nombre con el que se conoce a las manifestaciones violentas que golpearon el país después de que el Gobierno de Víktor Yanukóvich suspendiera el Acuerdo de Asociación y de Libre Comercio con la UE- el edificio se ve abocado al cierre. Para impedirlo, Sánchez recurre a una campaña de financiación colectiva (crowdfunding) en un momento en el que este sistema de financiación no estaba tan a la orden del día como ahora. “Mi objetivo al principio era recaudar 100 euros al mes. Es decir, cada 30 o 31 días estuve, durante cuatro años, buscando una entidad o una persona que pudiera y quisiera facilitármelos. En primera instancia me los dan mis padres, mis abuelos, mis primos…”, explica en declaraciones a ElPlural.com.

Entre 2014 y 2015 aparece una figura inesperada, fruto de esas casualidades de la vida que a la postre te facilitan el camino: la del estudio madrileño GammeraNest y su director, Daniel Sánchez, también coordinador del programa PlayStationTalents. Una vía más de ayuda, pero curiosa por encima de las demás. “Una chica de nuestro equipo nos dice que había visto una entrevista de María que, por otro lado, estaba en el mismo coworking que nosotros. En seguida acercamos posturas”, cuenta el propio CEO a este medio. Él mismo nos explica a su vez en qué consiste el videojuego VONA/SHE (Vona significa “ella”, en ucraniano), gratuito y disponible para móviles Android y PC en Stream: “Refleja cómo es el día a día de la mujer en Ucrania y dejar muy claro que ésta puede revelarse siguiendo con las lecciones que enseña el museo”.

Virginia Woolf también está en Ucrania (y en todas partes)

El edificio guarda dentro de él un siglo del país “desde la primera máquina de escribir que se hizo en ucraniano y que una mujer utilizó para redactar en el idioma cuando Rusia lo prohibía” hasta “vestidos tradicionales, fotografías o sellos” que proyectan la propia historia del territorio y la importancia de la mujer. “El escenario de Ucrania no es tan diferente a lo que proyectaba Virginia Woolf cuando hablaba del cuarto propio. La labor de la mujer en estos países pasa por atender la casa, el marido, los hijos (…) Queríamos mostrar la importancia de ella y de lo que es capaz contra eso, no solo en el día a día, sino también en un contexto de guerra como el actual, donde tienen funciones clave en la retaguardia o protegiendo las ciudades”, explica el otro Sánchez. En la misma dirección, para la también arista multidisciplinar la implicación principal del centro reside en su “labor pedagógica”.

El director del estudio madrileño habla de la autora británica (Virginia Woolf) en varias ocasiones y destaca que se trate de un videojuego casi “universal” y aplicable en mayor o menor medida para demasiados países. Bajo esta directriz, explica que según vas haciendo cosas -pasando pantallas- que te sacan de la rutina y enlazas con algunos artistas como la propia Virginia Woolf, que aparece en el juego, el museo te va abriendo puertas y que te llevan a conseguir avances: “Aparece el vestido, la máquina de escribir…”

Los dos actores demuestran remar juntos en este barco, aunque es evidente que la protagonista primera de la iniciativa tiene un cariño inmenso al museo, con el que ha mantenido una relación muy estrecha, no solo cuando trabajó en él sino también después. De hecho, durante la guerra centró sus esfuerzos en sacar a los trabajadores del mismo, como detalla a este medio. Asimismo, reconoce que sufre cada día por el futuro de un lugar que es hogar: “Cuando yo empecé a operar en él estaba en el centro de la ciudad, pero gracias a los apoyos conseguimos sacarlo a las afueras. Ahora reviso cada día que no se ha derribado, pero no puedo nunca dar información certera porque los bombardeos no cesan. Sí que sé que se han roto las cristaleras y ha sufrido daños externos, pero las obras se mantienen”. Unas declaraciones que cobran mayor relevancia ahora, pero que podrían ser igualmente válidas hace menos de una década porque “en 2014 ya había tanques en la frontera”.

Del Thyssen a Járkov pasando por El Prado: el videojuego como ‘arma’ educativa

GammeraNest es un habitual en este tipo de proyectos. Así las cosas, su CEO detalla a ElPlural.com que han colaborado con otros museos internacionales y dentro de España: “Empezamos creando Nubla para el Museo Thyssen, con Play Station y más enfocado a jugadores. Hemos hecho otros proyectos con ellos orientados a grupos en riesgo de exclusión… Entre otros juegos te puedo destacar 200 y + con motivo del aniversario de El Prado y trabajado también sobre la figura de la mujer u otras propuestas con el Museo Arqueológico”.

Sin embargo, el mando de operaciones detrás de VONA/SHE ha sido diferente: “Siempre intentamos enseñar cómo se escribe la narrativa de un videojuego para crear la trama interactiva, pero en este caso les pedimos el contenido del museo. Es decir, qué necesidades veían ellos que podíamos plantear desde nuestro campo. Para esto se hacen dos grupos, uno en España y otro en Ucrania. Desde allí nos daban contenido y nosotros veíamos cómo podíamos adaptarlo. Para que te hagas una idea, una chica nos hizo un listado bastante amplio de cómo era el día a día de una mujer allí”.

Así las cosas, todos los planteamientos demuestran lo mismo: “El videojuego no solo no tiene por qué no ser violento, sino que ni siquiera está obligado a cumplir la temática de ser el mejor o más poderoso que el resto de concursante. Es decir, puede obedecer la misma función artística y educativa que puedan tener el cine o la literatura”.

Imagen del videojuego
Imagen de VONA/SHE. ElPlural.com

 

Otros ‘crowdfunding’ por Ucrania

El crowdfunding es una práctica muy extendida para muchos proyectos en los que la financiación no siempre resulta sencilla, a veces por ser desconocidos. En este sentido, la guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto la necesidad de colaborar entre las partes y de acudir de vez en cuando a este sistema no tan nuevo, pero sí cada vez más conocido.

Otro ejemplo claro de ello es el de SOS Ucrania, una iniciativa de la sociedad civil española creada por Javier, Cristina y Beatriz -profesionales de la comunicación- realizado en colaboración con la Embajada de Ucrania en España. La organización se centra en el “suministro de la información de interés de iniciativas solidarias, verificadas, de diversa índole, como acogida de personas, campañas para recogida y envío de medicamentos, comida y ropa, o donaciones”.

Como ellos mismos cuentan a este medio, trabajan de forma conjunta con varias sociedades, aunque ahora están muy volcados con Elvira por Ucrania, cuyo propósito actual es mandar ayuda humanitaria al país invadido. “Hasta el momento se han enviado 9 trailers y tres caravanas. Y seguimos codo con codo para seguir en ello. Algo que, por desgracia, cada vez cuesta más”.

Disponen de historias personales, como la de la propia Elvira Polyenova, presidenta de la fundación y que consiguió sacar a su madre de Jersón, pero también han fomentado conciertos solidarios, así como otras ideas para ayudar a la población refugiada o que se queda en el país. Todo ello a través del crowdfunding y, sobre todo, la “inestimable” solidaridad de la gente.