El polémico caso Djokovic continúa coleando y dando que hablar. El Tribunal Federal de Australia rechazó este domingo el recurso final presentado por el tenista para quedarse en el país, por lo que será finalmente deportado. El asunto ha generado numerosos comentarios y todo tipo de reacciones, convirtiéndose en poco menos que un problema diplomático internacional. En este sentido, una de las reacciones más sorprendente ha sido la del delantero serbio del Real Madrid, Luka Jovic.

El futbolista compartió una imagen en su cuenta de Instagram tras conocer la decisión de Australia de deportar a Novak Jokovic. En ella, se observa al tenista jugando no contra un rival, sino contra varios al mismo tiempo: el coronavirus, el diablo… Varios y muy variopintos eran los integrantes del equipo anti-Djokovic.

Y todo con un apunte al pie. Jovic escribió GOAT, palabra utilizada en el argot deportivo para señalar al mejor de la historia. La caricatura en sí ha recibido muchas críticas también por las desafortunadas comparaciones entre los mandatarios australianos y aquellos que se oponen a que Djokovic entre en el país con el diablo y el propio virus, recuperando la narrativa mesiánica del tenista serbio.

Los jueces federales rechazaron su apelación después de que el Gobierno cancelara inicialmente su visado por motivos de salud pública. El Gobierno australiano argumentó que la llegada del tenista serbio, de 34 años, y que no está vacunado contra el coronavirus, representaba una amenaza para la salud pública. Djokovic se quedará ahora sin defender su título del Abierto de Australia en Melbourne.

El presidente serbio, Aleksandar Vucic, se dirigió al primer ministro de Australia, Scott Morrison, y le reprochó la "persecución" contra el tenista número uno del mundo: ”Nunca nos podrán quitar nuestro corazón ni nuestra digindad”. "Si querían impedir que Djokovic garana el trofeo por décima vez, ¿por qué no lo deportaron de inmediato? ¿Por qué no le denegaron el visado? ¿Por qué lo perseguís", afirmó en un vídeo publicado en redes sociales.

"Nos sermonean con el Estado de derecho. Se pueden imaginar si un ministro serbio anulara una decisión de un juez (...). Podrían enseñarnos lo que es un poder judicial independiente, pero parece redundante porque al final todo el poder está en manos del Ejecutivo”, argumentó.