Martes por la mañana, festivo en España. Todo el país pendiente de un partido histórico, el España-Suecia del Mundial femenino. Lo habían sido las rondas anteriores y, en consecuencia, pase lo que pase el próximo domingo, las chicas de 'La Roja' ya son campeonas.

Las jugadoras que ahora pelean por colocarse la estrella en el pecho no solo ganaron el partido dentro del terreno de juego, también lo hicieron fuera de él en lo que fue una clara conquista de derechos en favor de las mujeres, quienes, también en el deporte, todavía a día de hoy sufren el tedioso techo de cristal. 

"Es evidente que todavía hay que cambiar mentalidades en nuestro país, que hay gente que aún considera que el fútbol femenino es una pachanga, algo en lo que no están dispuestos a 'perder el tiempo' porque lo siguen considerando interesante solo si lo juegan hombres. Es obvio que hay distintas velocidades entre el fútbol masculino y femenino, pero tiene igualmente su belleza, su técnica, su emoción... Hay a quienes les disgusta que el fútbol lo jueguen las mujeres. ¡Pues no! Que vean a Salma cómo corre, a Alexia cómo centra, a Jennifer Hermoso cómo pasa y busca el interior a sus compañeras. El gol de Olga que nos metió en la final...", expone con tono serio Moisés Ruiz, experto en liderazgo de la Universidad Europea. 

Batiendo récords: del estadio más lleno al partido más visto

Mostrando la otra cara de la moneda, mucho más desenfadada e igualmente cierta, el especialista del centro madrileño celebra la evolución que ha experimentado el deporte rey en su categoría femenina en apenas un lustro. 

Casi no ha dado tiempo a pestañear y se ha batido récord de pantalla y de público asistente a un estadio de balompié. El segundo hito se logró en la Ciudad Condal, un 30 de marzo de 2022, cuando el Camp Nou registró una entrada de 91.553 seguidores que se desplazaron al feudo blaugrana para ver el 'clásico' de Champions frente al Real Madrid. El primero queda muy cercano y fue precisamente el enfrentamiento entre las mediterráneas y las nórdicas, que reunió a cerca de dos millones de espectadores frente a la televisión, convirtiéndose así en el encuentro más visto a través de este medio de un Campeonato del Mundo femenino.

Alexia Putellas en el partido contra el Real Madrid
Imagen del Barça-Real Madrid que batió récord de asistencia. Europa Press.

 

Apoyo político y mediático

"Cuando hay apoyo de todo tipo, facilita estas cosas", expone Ruiz ensalzando, por supuesto, el papel de las jugadoras, que han cosechado "un éxito sin precedentes, pase lo que pase", pero también del resto de sectores, entre ellos el político, incluso del propio presidente del Gobierno. Pedro Sánchez, quien volvió a tener unas palabras de cariño y agradecimiento la presente semana a las jugadoras que este verano nos están haciendo soñar, siempre abogó como el último en tomar las decisiones del país, por dar al deporte femenino el sitio que se merece. 

Nuestro experto recuerda a ElPlural.com una imagen de un encuentro de 2018 en el que él y el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, habrían podido cercar posturas sobre ello. Más allá de la instantánea, que el Ejecutivo ha hecho su apuesta queda claro desde el momento mismo en el que estos campeonatos se han televisado en un medio público como es RTVE. Precisamente, Ruiz postula a los medios como otros de los 'culpables' del éxito al "llevar tiempo sacando noticias, reportajes, etc" sobre la manera en la que las chicas mueven 'la redonda' y todo lo que rodea al noble arte del balompié en su conjunto y no exclusivamente en la faceta masculina.

El episodio de 'Las 15' y el bien común

En septiembre de 2022, 15 jugadoras de la selección mandaron un mail a la Federación mediante el cual renunciaban a jugar alegando no encontrarse en la mejor situación emocional tras la negativa de Rubiales de destituir a Vilda, de quienes lamentaban un exceso de control y vigilancia extrema, además de cuestiones relacionadas con una exigencia fuera de lugar en los entrenamientos y una dinámica de convocatorias y decisiones técnicas que no compartían. 

"El presidente de la Federación aquí sí ejerció como líder y fue capaz de controlar una situación insólita tanto en el deporte como en el fútbol, al contrario que hizo en el caso de Lopetegui dentro de la selección masculina, que la destrozó". El experto que habla para estas líneas explica que aquello supuso un antes y un después en el que tanto el míster como Rubiales llevaron a cabo un liderazgo, explicado siempre desde el punto de vista objetivo y opiniones a parte, pues las quejas pudieron ser lícitas -no nos compete a nosotros valorarlo- pero es una objetividad que el primero se mantuvo fiel al segundo y éste siguió con su hoja de ruta

Ahora, desde el vestuario, dicen, hay cosas que no se olvidan, pero lo que está claro es que si esto es así, al menos se han dejado a un lado por el bien común. No han estado exentos durante el recorrido mundial los comentarios en redes provocados por un vídeo -quizá sacado de contexto por su duración de apenas unos segundos- en el que las jugadoras no se dirigieron al entrenador tras vencer a Países Bajos, ni las palabras de Rubiales que algunos consideran inoportunas; pero el engranaje funciona y eso, más allá de que sea posible repartir culpas y de que donde hubo fuego, puedan quedar cenizas, es obligado mencionar que ha sido trabajo de todos y que las imágenes de hace un año chocan con otras de las últimas semanas en las que se ha visto a toda la selección festejando unida las constantes metas logradas.

El liderazgo de Vilda se ha notado también en el terreno de juego, principalmente en dos momentos concretos. El primero es cuando Japón nos "pinta la cara" en el último partido de la fase de grupos y él "mantiene el apoyo y la confianza en sus jugadoras". El segundo es la sustitución de Alexia Putellas, mejor jugadora del mundo, porque él consideraba que hacía falta un revulsivo frente a Suecia cuando las nórdicas estaban dominando: "Alexia es la número uno, si el cambio sale mal, la prensa le machaca". La catalana seguramente no haya llegado en su mejor versión mermada por las lesiones, pero es indiscutible. "Son decisiones que cuando eres el líder -en este caso un entrenador- tienes que tomar rápido", apostilla Ruiz.

Precisamente Alexia y algunas de sus compañeras han sido las primeras en poner de su parte para que el buen rollo en el vestuario sea el máximo posible. La dos veces ganadora del balón de oro no envió ningún correo en el episodio de 'las 15', pero se posicionó a favor de las disidentes, lo mismo que Irene Paredes y Jennifer Hermoso. Más directas fueron Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey u Ona Batlle, que formaron parte del grupo. 

"Ellas han querido ir y el entrenador las ha readmitido, anteponiendo ambos los intereses de la selección (...) Luego, además, la personalidad de ellas para con las demás es increíble. A mí Aitana, por ejemplo, me tiene alucinado (...) En todos los equipos hacen falta jugadoras con alma de líder, que sepan ayudar en los momentos difíciles a quienes son más proclives a caerse". En definitiva, asume nuestro experto, un éxito de este tipo "no se consigue sin liderazgo en todas las aristas: vesturario, banquillo y palco". 

La alegría de las jugadoras de la selección en uno de los partidos del Mundial
La alegría de las futbolistas de España en un encuentro de este Mundial, concretamente contra Suiza. Europa Press.
 

Las pioneras

Como no podía ser de otra manera, el 'ellas' del titular de este artículo no es baladí, y debería ir en mayúsculas, ya que son las mujeres, con décadas de trabajo, las primeras que han contribuido a que el fútbol femenino esté hoy donde está. Aquellas jugadoras, por supuesto, también las que finalmente no están en la cita mundialista, son parte de una historia de más de un siglo de conquistas cuya base se puede situar allá por el 1914, tal y como explica El País. Fue con las jugadoras del Spanish Girl's Club, quienes disputaron un primer partido en Barcelona y varios encuentros más en diversas poblaciones catalanas. Llegaron a apalabrar algunos otros al sur de Francia, pero la I Guerra Mundial tiró por tierra sus planes.

Años más tarde, la coruñesa Irene González Basanta fue la primera mujer en cobrar por jugar al fútbol en España. Creó un equipo -el Irene Fútbol Club- del que fue capitana y única mujer entre hombres. Ejerció no solo como portadora del brazalete, sino también como promotora de pequeños campeonatos. Fue la primera en cobrar por jugar el fútbol en España, pero su historia terminó en 1927, tras enfermar de una tuberculosis de la que murió en 1928. Al mismo tiempo, a partir de 1925, en Málaga, Ana Carmona "Nita" llegó a disfrazarse de hombre para poder jugar, siendo incluso detenida por "alterar el orden público". Alcanzó a jugar en Vélez hasta poco antes de que el estallido de la Guerra Civil lo parase todo. 

Durante casi 50 años, ni rastro del fútbol femenino. Hasta 1971, cuando un partido reunió a 3.000 espectadores en Murcia pese a las trabas de las federaciones tanto murciana como española, y es que el fútbol femenino no fue aceptado como tal por el máximo organismo del deporte rey de nuestro país hasta la década de los 80, presionado por la UEFA y cuando 15 territorios europeos ya contaban con competiciones nacionales. Entre los nombres de aquella época destacan Conchi Amancio -la única en disputar los seis partidos de la selección en los 70-, o Victoria Hernández, la primera en firmar un contrato. Por aquel entonces, las jugadores combinaban el deporte con jornadas eternas de trabajo.

¿Cuánto dinero se llevan si ganan el Mundial? 

El 'Gordo' del campeonato es, sin duda el trofeo, pero siempre hay un componente económico suculento que, en el caso de las chicas, cobra especial relevancia al tratarse de otro de los asuntos pendientes para con la igualdad real. Así las cosas, en esta ocasión la Federación ha pactado la cantidad de 300.000 euros para cada jugadora del combinado nacional, cifra a la que se suman los 15.000 euros por el plan de conciliación. La prima de los chicos sigue siendo superior, de 400.000 euros por futbolista si hubieran alcanzado la gloria en Qatar. La diferencia continúa siendo evidente, pero mucho menos que en los anteriores mundiales. 

El dinero en el tema del deporte y, sobre todo del fútbol, es más fácil de explicar que de justificar, y es que cobras acorde a lo que produces. Esto no quiere decir que sea merecido, pero es así. Por mantener el vaso medio lleno y no medio vacío, esperemos que cada vez la cosas se igualen más a todos los niveles. Para ello, nuestro granito de arena más inmediato sea seguramente ver el partido con amigos, reventar la cuota de pantalla y los estadios y, ¿por qué no? 'liarla' en la calle como muchos de nosotros hicimos después de Johannesburgo, hace ya más de trece años.