Petróleo, Salvaora, Silvia o Candela, son cuatro de las ocho protagonistas de 'La doble transición'. Un libro en el que el periodista Raúl Solís relata las vivencias de ocho mujeres transexuales durante el tardofranquismo, la transición y la posterior democracia española. Este proyecto, que verá la luz a finales de año, se ha financiado mediante una campaña de crowdfunding. De esta manera, se podrá publicar uno de los primeros, sino el primero, de los recopilatorios  de las pioneras de la reivindicación de los derechos de identidad de género.

En 'La doble transición', relata Raúl Solís a ElPlural.com, “todas las mujeres tienen un nexo común y es que en el proceso de la transición española también se produce su cambio de género". El contexto se centra, señala Solís “no solo en un cambio sociopolítico con tensiones, sino también en los difíciles procesos de transformación de ocho mujeres“.

30 años de democracia para la primera ley de derechos transexuales

Hay que recordar, asevera el periodista que “la ley general que amnistió a los presos comunes en el año 1978, no afectó a los reos encarcelados por la Ley de Peligrosidad Social. Su excarcelación se produjo un año más tarde. Esto es, la homosexualidad no se despenalizó hasta el año 79. A pesar de que la Constitución se aprueba en año 1978, las personas del colectivo LGTB tienen que esperar un año más para ver garantizado este derecho fundamental“. Es más, matiza el autor, “en el año 1982 se aprueba la Ley de Escándalo Público, que sería la sustituta de la de peligrosidad social, mediante la que las personas transexuales podían ser detenidas en plena calle por escándalo público, siendo reprimidas en calabozos. Esto sucede hasta el año 1987, pero la derogación total de la Ley de Peligrosidad Social no se produce hasta el año 1995, que aunque no se aplicase, estaba contemplada en el Código Penal. De hecho la primera ley que contempla derechos específicos de las personas transexuales no se aprueba hasta el año 2007". En resumen, han tenido que pasar 30 años desde que se instauró la democracia en nuestro país, para que las personas transexuales tuvieran reconocidos sus derechos de género en una legislación específica.

La historia de una lucha colectiva

El texto también describe cómo a partir de las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Franco, en el año 1977, se convocó desde las organizaciones clandestinas la primera manifestación del movimiento gay en España. En aquella marcha histórica, relata Solís, “lesbianas y gays tomaron las calles de Barcelona para reivindicar sus derechos y libertades. Fue una reclamación conjunta ya que desde Andalucía también participó Mar Cambroller, que un año después fundó el Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR) en la comunidad. Aunque estas acciones tienes sus inicios en la clandestinidad, ya que desde 1970 se había ido articulando una respuesta a la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social que ese año había aprobado la dictadura franquista. Ya en aquel entonces, el fundador del movimiento de liberación gay de España, Armand de Fluvià, rememora Raúl “fue el que consiguió que ser homosexual en la España franquista no fuese delito, sino que este quedase delimitado a la práctica sexual“. De esta forma, en el año 1970, Fluvià consiguió “que en España no se detuviese a los homosexuales por la calle, simplemente por su condición sexual, sino que era necesario alegar el haber mantenido relaciones sexuales“, matiza el autor.

En definitiva, se trata de mujeres, categoriza el escritor, que “no solo reclamaban sus derechos, sino que además luchaban, con o sin conciencia política, por la legitimación de los colectivos. Se trata de mujeres que, como digo en el libro, eran repudiadas de día y deseadas de noche. Personas que fueron encarceladas o detenidas, en concreto narro en el libro que una de las protagonistas fue detenida 14 veces en un mismo día".

Humor para llevar el peso de la dictadura

Este libro, destaca Raúl, es un compendio de ocho historias reales de mujeres que “se han servido del humor para sobrellevar el peso que acarreaba su condición sexual y sortear el franquismo. Para ello utilizaban los símbolos andaluces, muy aplaudidos por el franquismo, con los que imitaban a las folclóricas famosas, para reivindicar su libertad“. Se puede decir que “el humor es un denominador común en todas las historias que relato, ya que es una manera de exteriorizar aquello que les ha hecho mucho daño sin mostrar las cicatrices. Al mismo tiempo que es una manera de reírse de la doble moral que ha imperado en este país, ya que muchas de ellas se han dedicado a la prostitución. De manera, que los mismos que las detenían por el día, les pagaban por la noche para mantener relaciones sexuales“.

Sin duda, esta publicación despierta una gran expectativa. Como nos ha explicado Raúl Solís, verá la luz en los próximos meses, diciembre o enero, y está prologado por la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, ya que esta comunidad ha sido la pionera en nuestro país en aprobar una ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y a la expresión de género.